Generosidad musical

A un nuevo espacio musical, El Zulo de la Trinitat, adyacente al popular restaurante Can Ramon, ese local de comida casera y despacho de pollos a l’ast y platos de toda la vida, fuimos convocados al encuentro solidario para apoyar un proyecto de auxilio a niños de la calle de Manila, en Filipinas, dirigido por un tal Jesús Marco del que he sido incapaz de encontrar rastro alguno en internet... Dicho esto, agradecer al público que acudió y, por supuesto, la generosidad de los oficiantes musicales que amenizaron esta reunión. A saber, la banda de reggae y ska Des’Acords, y varios cantautores urbanos de expresión diversa como Fustegueres, Antonio Herreros o Joan Blau. Acudí por amistad con la gente del restaurante, para hacerme eco de la iniciativa y, de paso, para curiosear a varios de los artistas que, –mea culpa–, no había escuchado hasta la fecha. A parte del sesgo reivindicativo de Fustegueres, cada vez más cañero en lo social, y de la ya conocida poética cotidiana y amorosa de Joan Blau, que abrieron y cerraron el acto, sentía viva curiosidad por conocer a Des’Acords y a Antonio Herreros. Kenneth Batiste y su gente nos divirtieron con sus meritorias canciones de ritmo jamaicano cantadas en catalán, aunque la sorpresa me la llevé con el músico Antonio Herreros, que vino acompañado esta vez por Jordi Vidal. Su estilo, una

mixtura

con aroma a Sabina, Krahe y Kiko Veneno, aunque con personalidad propia, de la que me gustó, en especial, ese talento melódico suyo tan relevante y unas letras de calidad literaria que podría haber firmado cualquiera de los astros citados. Un artista especial al que voy a seguir con atención a partir de ahora. ¡Lo juro!