Variedad musical

El MUD 2018 nos brindó la oportunidad el pasado sábado de gozar de dos propuestas artísticas bien diferentes, y la mejor demostración de que el festival que dirige Toni Gorgues abre sus puertas a visiones diametralmente distintas de lo que en términos globales denominamos ‘música folklórica’ o folk. En este caso hablamos de sonoridades muy diferentes practicadas por dos artistas de filiación diversa como el creador gallego Baiuca, que navega en solitario por mares electrónicos que beben de aguas musicales tradicionales de su tierra, sobre todo muñeiras, y Zé Vito, un cantautor brasileño, que también hibrida, aunque en su caso el folklore carioca apoyándose en estilos musicales modernos contemporáneos. Alejandro Guillán, alter ego de Baiuca, nos propone un sorprendente juego músico-sensorial pensado para provocar curiosidad y emociones en el espectador pues mezcla instrumentos tradicionales como flautas o conchas que suenan al frotarse con varios aparatos electrónicos, como secuenciadores o teclados, en una fusión que se conoce como ‘folktrónica’ y que se combina con espectaculares proyecciones, propias de los spot lights de las salas psicodélicas sesenteras. Por su parte, Zé Vito, en formato de cuarteto, demostró un fantástico nivel instrumental y vocal con su ensalada de samba salteada de blues, rock, funk y sonoridades afro, en una amalgama sonora –especie de tropicalismo– de lo más atractiva y electrizante. Este concierto doble, con dos visiones del folk tan dispares, causó división de opiniones. Fui consciente de ello al escrutar caras y reacciones y una cosa me quedó clara. Como dicta el refrán: en la variedad (musical) está el gusto.

FOLK Intérpretes: Baiuca y Zé Vito. Sala: Cafè del Teatre. Festival Músiques Disperses-MUD. Fecha: 10 de marzo. ★★★☆☆