CRÍTICADEMÚSICA
Espectacularmente intenso
Magnífica respuesta del público al anuncio de una nueva visita del guitarrista, compositor, cantante y (eventual) escritor norteamericano Elliot Murphy. Como nos confesó, el Cafè del Teatre y esta ciudad le inspiran un cariño especial desde que nos visitó por primera vez hace ya años, habiéndose acrecentado dicho sentimiento tras cada uno de sus nuevos encuentros con sus seguidores de aquí. El caso es que, como también ha ocurrido en este último peregrinaje a Lleida, el momento vivido fue absolutamente mágico logrando meterse a todos en el bolsillo, desde los primeros instantes del show. Custodiado por el magnífico guitarrista Olivier Durand, fiel compañero de andanzas desde que el neoyorquino se instalara en París hace casi treinta años, el espectáculo se desarrolló en un crescendo espectacular a medida que iba desgranando el repertorio, extraído de su ya extenso bagaje discográfico. Demostraron la elegancia y buenísimo gusto tocando piezas de sus dos álbumes de más reciente factura como Aquashow Deconstructed (2015) y Prodigal Son (2017), alternándolas con auténticas joyas de toda su carrera como On Elvis Presley’s Birthday, Last Of the Rock Stars, Green River o Drive All Night, versionadas todas con gran emoción y entrega. El ropaje sonoro de la voz de Murphy, conformado, solo, por armonías vocales y las guitarras acústicas de ambos artistas, permitió, por su simpleza, percibir la enorme belleza de su poética, no en vano al cantautor yanqui es un reconocido creador literario. Como era de esperar, costó bajarlo del escenario pues a los repetidos vítores y aplausos del público respondió con varios bises tremendamente intensos y sentidos.