Alto voltaje folk-indie

La verdad es que a estas alturas de mi trayectoria como periodista musical, en general, y crítico especiliazado para este diario, en particular, es decir con el culo pelado tras más de treinta años asistiendo a conciertos y emitiendo juicios si el tino me lo permite, lo que más ilusión me hace es descubrir nuevos talentos, y si son de gente de aquí pues mucho mejor aún. Este sería el caso de Pol Joven en esta oportunidad que nos ocupa aunque, para ser veraces del todo, no podemos obviar que antes de iniciarse en solitario y presentarnos sus recientes composiciones, ya vivió una protohistoria artística abordo del proyecto Thinkin’ Wild junto al mallorquín Toni Mulet, pero que ahora ha pasado a mejor vida, decantados ambos por menesteres musicales diferentes. El caso es que fui a escuchar con ciertas reservas el nuevo show de Pol en solitario sin más acompañamiento que sus guitarras, un bombo y ocasionales armónicas. Temía que gran parte de ese atractivo anterior, construído sobre los juegos de armonías vocales que ejecutaban los Tnhinkin’ con sumo gusto y habilidad arropando su potente y atractivo trabajo compositivo, al no darse ya, hubiese lastrado en demasía esta naciente etapa. Nada más lejos de la realidad. Al margen de un llamativo desparpajo y empatía encima del escenario, sus nuevas canciones en inglés mantienen ese alto voltaje folk-indie tan excitante, destacaría que la parte interpretativa no adolece de falta de esa profundidad y aplomo típicos del trabajo en grupo. Lo más espectacular es que me vinieron al pensamiento preferidos míos como el mítico Nick Drake o el tristemente desaparecido hace pocas fechas Daniel Johnston. Atentos pues a esta estrella en ciernes.