Noche inmensa

Absolutamente encantado me quedé tras escuchar y disfrutar a tope del magnífico trabajo jazzístico llevado a cabo por el contrabajista Javier Moreno al frente de un combo formado por grandes y muy competentes estilistas. A saber, el pianista Albert Bover, el batería Ramón Prats –a quien ya vimos en el concierto inaugural de este Jazz Tardor– y la gran sorpresa de la noche, la pareja de trompeta y saxo integrada, respectivamente, por los hermanos cubanos Maikel y Jorge Vistel. La verdad, son ya muchos años cubriendo para este diario el evento que dirige, con maestría y gran pundonor organizativo, mi buen amigo Josep Ramón Jové, pero siempre y de forma invariable me he encontrado en cada uno de los elencos artísticos que conforman, año tras año, el festival, alguna actuación muy sobresaliente y lo que se denomina popularmente “el/los tapado/s”. Y es que como ya conocía de otras oportunidades anteriores al líder de este quinteto, así como a los dos ‘elementos’ de su base rítmica, lo que más me congratuló de esta estupendísima sesión vespertina fue la posibilidad de poder conocer y gozar lo indecible con las increíbles dotes instrumentales de los Vistel. Haciendo bueno ese dicho de que das una patada en suelo cubano y te surgen un montón de músicos talentosos, la verdad es que, bajo la tutela musical y dirección de este enorme contrabajista que es Javier Moreno, el trabajo de estos dos caribeños, sumados a la rigurosa y efectiva aportación de Bover y Prats, la cosa dio como resultado una sesión de muy alta graduación jazzística y sin tregua de respiro alguna. Temas propios, en su inmensa mayoría, como argumento perfecto para una noche inmensa.