CRÍTICADEMÚSICA
Textura orgánica
NEW AGE
A ver si soy capaz de explicarme para que todos aquellos que no acudieron al concierto del pianista Lluís Capdevila se hagan la mejor idea posible de cómo se desarrolló el evento y qué sensaciones despertó. Los organizadores habían enmarcado la actuación en su programación jazzística, dados los antecedentes del músico, con una parte larga de su etapa formativa en los Estados Unidos, llegando a imbricarse en el ambiente jazzístico de la Ciudad de los Rascacielos y alternando con gente muy reconocida. Yo diría no obstante que, al menos por el show que nos brindó, el artista de Falset estaría, en esta etapa artística suya actual, más cercano al concepto, presupuestos y transversalidad de la música New Age, que en sentido amplio ofrece desarrollos instrumentales y texturas más orgánicos y elaborados, que la pura improvisación, piedra angular sin duda del genero jazzístico en el que ha estado tantos años profundizando. El hecho de presentarse bajo un formato de piano man, sin nadie más a su lado, creo que acentuó más si cabe nuestra percepción de estar transitando territorios separados de los jazzísticos que habitualmente le conocíamos. Dicho todo esto, me gustaría destacar que nos hallamos frente a un solista de muy buen tino interpretativo, gran técnica personal e imaginación y creatividad a raudales. Si no, nos resultará difícil de asimilar y entender el experimento “músico-enológico”, cuyo resultado práctico ha sido el disco Ètim: meses trabajando con su música en una bodega tratando de influenciar hipotéticos cambios de sabor de vinos del Priorat y que ha sido avalado por el Vitec (Centre Tecnològic del Vi) y por la Universitat Rovira i Virgili. ¡Ahí es nada...!Intérprete: Lluís Capdevila.
Sala: Espai Orfeó.
Fecha: 29 de febrero.
★★★☆☆