Cristalino y brillante

JAZZ

Este Festival Jazz Tardor tan atípico continúa quemando etapas, poco a poco, a razón de una actuación por mes. La última la protagonizó un muy valioso guitarrista norteamericano, nacido en Hartford (Connecticut) aunque afincado en Madrid desde hace relativamente poco tiempo. Sean Clapis se formó de forma muy sólida bajo los auspicios de buenísimos maestros como Jimmy Greene o Paul Brown, labrándose muy rápido una reputación de excelente estilista de las seis cuerdas en los numerosos clubes del nordeste de su país. No obstante, deseoso de elevar al máximo posible su nivel y obtener una proyección aún mayor de su labor jazzística, decidió instalarse en Nueva York donde logró cimentarse como uno de los mejores músicos jóvenes de su generación. Esta última década ha girado por medio mundo defendiendo un concepto jazzístico que parte de la tradición del género, pero entroncando con sonoridades más modernas y contemporáneas, a partir de un timbre vibrante, fluido y melódico y un sentido rítmico llamativamente profundo. Su imbricación vital y profesional en nuestra escena ha sido rápida y provechosa por lo que, en este tiempo de pandemia que ha coincidido con su establecimiento entre nosotros, esta presencia cercana ha contribuido a que podamos admirarle en los escenarios españoles con más frecuencia que en tiempos pasados que lo veían de un lado a otro sin parar. Para esta ocasión, acompañado por unos eficaces Dani Juárez al saxo, Naima Acuña en la batería y Javier Callén al contrabajo, Clapis nos regaló un show exquisito desgranando The Abbey Road Sessions, su más reciente grabación, amén de unos cuantos standards, trabajo en el que demostró su brillante y cristalino estilo guitarrístico y, ¡¡sorpresa!!, unas aptitudes interesantes como cantante que ni le conocíamos ni le sospechábamos.