Medicina que todo lo cura

Me maravilló la capacidad de Dàmaris Gelabert y todo su equipo de cantantes, músicos y bailarinas para captar la atención y divertir tanto en sus coloristas espectáculos al público infantil, al cual dirige su trabajo de comunicación educativa y de animación.

En la mejor de tradición de grandes del género como el malogrado Xesco Boix, su “discípulo” Noè Rivas o nuestros Xip-Xap, la veterana compositora, pedagoga y músico-terapeuta barcelonesa deleitó a la numerosísima audiencia que atrajo a la Seu Vella con su propuesta desenfadada y plena de humor y alegría.

Con un buen número de discos, cuentos y shows en vivo a sus espaldas, el trabajo que lleva tanto tiempo desarrollando la ha convertido en, seguramente, el referente actual más importante entre los profesionales de su ámbito, multiplicando su presencia incombustible por todo el país y, lo más importante, logrando imbuir en la gente más joven el amor por la música. Es decir, la medicina que todo lo cura y que, más allá de nuestras necesidades vitales más primarias e insustituibles, nos ayuda a ser más felices en nuestro día a día.

Haciendo gala de esa capacidad única e innata para contagiar a todos los jóvenes espectadores, sin excepción, que acuden a su encuentro, con sus canciones, cuentos y teatralidad, la Gelabert logró mantener viva la atención de todos durante la hora larga que duró la puesta en escena y que se concretó, sin duda alguna, en un gran éxito artístico desde todos los puntos de vista posibles.

Lo suyo es un don, no nos cabe duda alguna al respecto, y todos los que somos padres nos maravillamos, absolutamente asombrados, de su capacidad de entretener, educar y enseñar bonhomía de una forma tan sencilla y divertida a nuestros locos bajitos..