Soñando despiertos

FOLK-ROCK

Excusándome por el retraso de esta reseña, causado obviamente por el calendario navideño de fiestas y alguna cosilla más, que ahora no viene a cuento, estoy muy contento de haber podido gozar del último paseo entre nosotros de El Petit de Cal Eril. La banda que encabeza el genial Joan Pons sigue avanzando con paso firme y seguro desde la aparición de aquel maravillosamente sorprendente ...I les sargantanes al sol de 2009, y parece que estos doce años transcurridos desde entonces sean una auténtica eternidad. No en vano, aquella argumentación minimal de sus inicios y hasta la más electrónica de esos momentos actuales, ha visto cómo en este intervalo temporal acaecido Pons y su gente no han parado de mutar artísticamente. Ahí quedan, de momento, esos seis álbumes y algún que otro formato pequeño, editados con regularidad hasta su más reciente entrega titulada genéricamente N.S.C.A.L.H., aparecida y promocionada en el último tercio del año recién concluido. Abandonando, por primera vez para actuar en vivo, su guarida eterna del Cafè de l’Escorxador, esta primera presentación suya en el Espai Orfeó nos pareció hermosa en lo estético y de lo más placentero en lo musical, pues se vio arropada de ese público incondicional que el de Massoteres ha sabido atraer y conservar tan bien alrededor de su factura creativa. Desgranando casi al completo el repertorio de ese último trabajo de estudio, trufado también de alguna que otra pieza anterior, El Petit nos hizo volar la mente y soñar despiertos durante el breve lapso –al menos, nos lo pareció– que alargó una actuación, eso sí, tan evocadora. En esa mezcla de folk poético y experiencia cibernética sonora, que resumen mejor que nada su manera de ver la composición y la interpretación, Pons y su gente estuvieron bien a la altura de las expectativas de todos aquellos que, como un servidor, sabemos que cada cita juntos únicas e inolvidables.