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La banda Hoven, liderada por el cantante y guitarrista Pol Joven, el pasado viernes en el Cafè del Teatre.

La banda Hoven, liderada por el cantante y guitarrista Pol Joven, el pasado viernes en el Cafè del Teatre.J.C.

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Actualizado:

POP-FOLK

Intérpretes: Hoven

Sala: Cafè del Teatre.

Fecha: 28 de enero

★★★★★
Profundamente impresionado, y mira que llevo años en esto.. Todo empezó de forma insospechada con el dúo femenino Atzur obsequiándonos su alquimia preciosa de instrumentales sencillas y voces susurrantes, abriendo nuestro corazón a lo que nos iba a caer enseguida. Sin solución de continuidad, saltó al escenario Pol Joven al comando de su proyecto Hoven, en esta ocasión en formato de banda eléctrica para vestir de nuevos ropajes musicales esas, ya de por sí, admirables composiciones que conocíamos sin más aderezo que acompañamiento acústico propio, pero que ya nos habían tocado la fibra por el maravilloso mensaje y vínculo con su generación, la de nuestros hijos, y por esa sensibilidad suya a flor de piel por todo lo que le rodea y preocupa. Eso es precisamente lo que constaté durante la actuación y que la gran asistencia de público de su edad vivió como propio a través de su música. A saber, el rechazo al mundo y a las condiciones de vida, tan llenos de dificultades e incertidumbres de cara a su futuro, que los mayores, egoístas, les estamos dejando a esta gente de veinte y pocos. Frente a todo ello, unas canciones que, aparte de hermosas, son como un grito de rabia y de inconformismo, o de cierta esperanza, vete a saber, a tenor de las caras de complicidad que vi, algunas, incluso, llenas de lágrimas sinceras de emoción. Me conmoví, no lo voy a negar, como hacía mucho tiempo que no me ocurría en un concierto. Y es que al final reconoces que, como Pol, tan lleno de talento melódico, son raras las avis hoy en día que desprendan verdad y autenticidad en este tiempo en el que reina justo lo contrario, e intereses, dinero y poder lo manipulan todo. Le hubiera dado un abrazo al acabar..., en serio, pero los críticos no debemos compadrear con los artistas porque nuestro juicio pierde objetividad. Bueno, lo reservo para cuando me retire y este tío alcance la cúspide, que lo hará a buen seguro.
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