Brighton 64. Combativos e inconformistas

Estupenda la iniciativa del Cafè del Teatre programando a unos teloneros de enjundia para dar más relieve si cabe a la celebración en Lleida del cuarenta aniversario de los Brighton 64, celebrado estas semanas con diversos conciertos retrospectivos de su prolija carrera musical. Hablamos del concierto del octogenario bluesman Willie Buck, una leyenda viva del llamado Blues de Chicago. Acompañado por los argentinos Totalblues, que envolvieron de forma magnífica ese timbre de voz rotundo y ardiente –heredado por supuesto del mismísimo Muddy Waters– que lo ha convertido en uno de los mejores intérpretes actuales, aunque de los muy escasos que aún mantienen conexión con la vieja escuela del género.

Así, tras una hora vibrante de rhythm & blues de alta escuela, saltaron al escenario los Brighton, encabezados por los hermanos Albert y Ricky Gil y por Jordi Fontich, supervivientes de los tiempos fundacionales, junto a Eric Herrera y David Abadía, incorporados en épocas más recientes pero que se han integrado a la perfección y participado de forma magnífica en la grabación de Más de lo mismo. Su más reciente álbum recoge recreaciones actualizadas de temas emblemáticos de su repertorio de siempre, con canciones como La Casa de la bomba (va por tí… Gerry), Barcelona Blues, Conflicto con tu ayer o En mi ciudad, además de la versión de una de las canciones que marcaron sus inicios, el clásico Metadona de Los Pistones. Como no podía ser de otra manera –los Gil nunca se cansan de crear material–, un par de cortes de cuño novísimo como La guitarra es mi fusil y Al final del huracán, temas que ilustran ese carácter combativo e inconformista marca de la casa.

El quinteto lo dio todo, como el público, que estuvo también a la altura de las circunstancias, como no podía ser de otro modo. Los barceloneses clavaron en Ponent, hace muchos años ya, su particular pica de Flandes, cosa que sus seguidores de aquí nunca olvidan. “Bola y Cadena”, faltaría más...