Apartamentos Acapulco. Noise limpito...

Array No cabe duda, tras dos años terribles de restricciones pandémicas, había ganas, y muchas, de volver a la normalidad y, a ser posible, recuperar alguna parte del tiempo perdido, aunque sea en horario tradicionalmente poco habitual para eventos musicales en directo. Así, debemos aplaudir la iniciativa de la productora MayDay de empezar a programar los domingos, en horario vermut, y en formato “para todos los públicos”, esto es familias con niños incluidos, y pasar un rato muy agradable antes de irnos todos a comer. Prometiendo, en esta línea, cosas muy interesantes para las próximas semanas, el formato trajo en la ocasión que ahora nos ocupa a la banda granadina Apartamentos Acapulco, una formación con apenas un lustro de vida artística pero que en este tiempo ya se ha hecho un nombre de prestigio en el ambiente indie del país, proliferando presencia en los festivales más importantes y las emisoras musicales más cool.

El caso es que el grupo fundado por Angelina Herrera e Ismael Cámar (con Pedro Ernesto Moreno y Jorge Murillo de apoyo instrumental) y apadrinados –dicen– por J de Los Planetas, suena eso, muy planetero, aunque no puede negar tampoco puntos de conexión con bandas noise de los años noventa como Jesus and Mary Chain, My Bloody Valentine, Pavement, Dinosaur Jr..., aunque luciendo un poco más limpitos. Con el Cafè del Teatre casi lleno en sus tres cuartas partes de público familiar, como apuntábamos antes, estuvimos disfrutando de la música de calidad de los Apartamentos Acapulco mientras degustábamos cerveza y vermut a discreción, acompañando a la típica barretja con patatas chips y frutos secos varios. Y es que canciones excelentes como Todo va bien, Camino de Ronda, Las cosas cambian, Estrella de los Mares, Nunca te dije, Fuego amigo o Deseo, entre muchas más e igual de meritorias que las citadas y provenientes de su EP homónimo de debut en 2015 y de sus dos álbumes disponibles hasta la fecha, El Resto del Mundo (2019) y El año del tigre (2021), desvelan un mundo creativo rico en matices cromáticos y en variedad sonora, aunque sin llegar a empalagar.