CRÍTICADEMÚSICA
Desparrame musical
Nos agradecieron de forma repetida que nadie se moviese de la arena y que los secundásemos sin aparente desagrado por lo climático, con vítores y aplausos reiterados, mientras fueron sonando canciones escogidas de sus cuatro álbumes hasta la fecha: La fuerza mayor (2016), Otros principios fundamentales (2017), El milagro (2019) y, sobre todo, El amor de la clase que sea (2022), su más reciente entrega hasta la fecha. Gran concierto y la demostración palmaria de que cuando uno quiere, puede superar cualquier inconveniente superfluo y disfrutar a tope. En el interín lógico, del desmontaje y montaje, de los equipos de ambas bandas, aprovechamos para refrescar la garganta —el resto del cuerpo ya lo estaba sobradamente—, degustando un par de Magnas de San Miguel, patrocinador del evento, que nos rehidrataron convenientemente para lo que se nos venía encima.
Ni más ni menos, la vuelta a Lleida después de bastante tiempo de Guille Milkyway o, lo que es lo mismo, el líder y máximo responsable del proyecto La Casa Azul, esa maravillosa aventura que ya dura la friolera de veinticinco años, y que mantiene al compositor, multiinstrumentista, cantante y DJ barcelonés en lo más alto del escalafón de la música electrónica y de baile de este país. Acompañado de su banda habitual de apoyo instrumental y vocal, Milkyway nos obsequió con un desparrame musical que nos dejó a todos exhaustos al son de temazos rompe-pistas como los archiconocidos y súper bailados Todas tus amigas, Esta noche solo cantan para mí, Como un fan, Nunca nadie pudo volar, El final del amor eterno, La fiesta universal, La polinesia meridional, sus clásicos aún efervescentes Galletas y Cicle Cosmos o, cómo no, su superlativo La revolución sexual, que enloqueció a los presentes.