CRÍTICADEMÚSICA
Gozo sincero
FADO
★★★✩✩
El concierto de apertura en Lleida de la presente edición del Festival Internacional de Fado de Catalunya, la que suma doce de su trayectoria, nos deparó una sesión reseñable a cargo de la cantante lisboeta Sandra Camilo. En el coquetón Espai Orfeó, con cenita portuguesa previa, muy buena entrada de público y algunos espectadores llegados desde bien lejos –de Río de Janeiro, por ejemplo–, el trío oficiante completado por Rui Rocha en la viola y Tiago Lopes en la guitarra portuguesa nos ofreció un recital que, sin renegar sonoramente de la tradición del género, sonó mucho más moderno y alegre de lo que nos esperábamos a priori. De hecho, la actitud de Camilo desde el inicio mismo del espectáculo fue sorprendentemente ágil y dinámica gracias a su voz privilegiada, capacidades interpretativas innegables y a un repertorio que compaginó piezas viejas y de cuño reciente, ejecutadas en tempos diversos. También Rui Rocha tuvo sus momentos de gloria vocal, pues hacia mediados del recital adquirió protagonismo interpretando con buen tino y acento preciso uno de los fados escogidos para la ocasión. La cuota de máxima modernidad del evento la protagonizó, sin embargo, el tercero en discordia, un Tiago Lopes, ingeniero electrónico de formación, capaz de aunar a su faceta de gran guitarrista fadista esa afición suya de luthier circunstancial, habiendo diseñado y construido varios prototipos de guitarra portuguesa electrificada, uno de los cuales trajo consigo hasta Lleida, exhibiendo un sonido peculiar y rompedor que para nada pone en tela de juicio el carácter de esta música, aunque la misma se practique de formas alternativas a lo que es más tradicional en ella, sonoramente hablando. El caso es que el rato que pasamos junto a Sandra Camilo y su gente fue francamente placentero y nos llenó de gozo sincero. Sin duda, disfrutamos de una manera actual y alternativa de hacer las cosas, pero absolutamente válidas, aunque los ortodoxos puedan no estar de acuerdo del todo y hasta muestren a veces cierto desagrado por veleidades parecidas.