Emoción a flor de piel
JAZZ
★★★★★
El concierto elegido por los responsables del pub Antares para celebrar el 47 aniversario de vida de este singular y añejo local de música de nuestra ciudad ha sido el del prestigioso saxofonista valenciano Perico Sambeat, acompañado de una no menos lustrosa y experimentada banda de acompañamiento formada por el pianista Xavier Monge con la base rítmica de Ignasi González al contrabajo y los tambores de Roger Gutiérrez, como grandes protagonistas. No en vano el mítico espacio fundado a finales de los años setenta del siglo pasado por la pareja Herminia Sirvent y Tonet Rufié ha sido durante años un auténtico bastión jazzístico en el que los aficionados a este género hemos podido asistir a legendarias jam-session y a tertulias a las cuales acudían a relajarse muchos de los participantes en las eventos que organizaban antaño Els Amics del Jazz en la también mítica Sala Europa o, años más tarde, cuando el Festival Jazz Tardor de Josep Ramon Jové tomó el relevo organizativo, siendo siempre un espacio acogedor y un punto musical neurálgico para Lleida. Estos últimos años, una necesitada reforma que, pese su reducido espacio habitable aún, lo ha tornado más cómodo y con buena visibilidad hacia el escenario, ha visto ampliar con acierto su oferta programática a muchos estilos musicales más, ofreciendo hasta tres y cuatro espectáculos semanalmente. En el retorno de Perico al Antares, las hermosa y excitante sesión que él y sus compañeros nos brindaron, pudimos disfrutar de un jazz de altísima escuela con todo el combo desarrollando su maestría técnica sin ambages, en una demostración palmaria de que cuando se junta tanto talento por metro cuadrado el resultado práctico es prácticamente insuperable. Ahí estuvo Monge, pletórico, ofreciendo unos fraseos de calidad suprema, igual que González y Gutiérrez capaces de marcar el tempo rítmico durante todo el recital de una forma tan precisa y bella a la vez. Con un envoltorio instrumental tal, la dulzura de los solos periqueros se nos mostró infinita, logrando unos pasajes melódicos de alta escuela para el divertimento máximo de todos los presentes que no paramos de ovacionar a los oficiantes que acabaron con la emoción a flor de piel. ¡¡¡Lujazo!!!