Magnífic Fest (II)
MAGNÍFIC FEST
★★★★★
Con aún más público que en la jornada inaugural y en paralelo a las actividades celebradas en la ciudad con, también, buenísima asistencia y participación de gente que ensancharon la magnitud del festival aún más, asistimos a una segunda jornada que colmó absolutamente las expectativas de los espectadores. Llegamos al Espai Firetes con los conciertos ya iniciados y lo primero que vimos fue el singular y divertido espectáculo protagonizado por Boye, nombre de guerra musical de David Menéndez, un polifacético artista multidisciplinar que debutó poco antes de la pandemia con un EP de título irreverente, Boye, te queremos, pero no eres nadie, producido por Arnau Vallvé de los Manel. Su espectáculo es fresco, atrevido y no exento de un cierto descaro a la hora de presentar su ensalada electrónica, funk y hip-hopera. Divertido a rabiar.. A continuación, acudimos al encuentro de otra artista no menos descarada llamada Jimena Amarillo, una cantautora afincada en el Madrid de “la libertad” y desde la que se autopresenta como lesbiana, guerrera y sin complejos artísticos de ningún tipo. A fe de lo visto, que esta artista es lo que sea menos indiferente. Con unos minimonólogos entre tema y tema los cuales, al margen de divertidos, pero que mucho, dieron cuenta de su inteligencia, mordacidad e indisimulada insolencia. Con bocata y bebida de por medio, cambiamos de escenario y nos reencontramos a una de las bandas barcelonesas de más enjundia en el cambio de siglo y cuyo líder, Shuarma, se convirtió en VIP del negocio tras triunfar el grupo con Azul, producido por Enrique Bumbury, y La forma de mover tus manos, apadrinado por Phil Manzanera. Tras la disolución del grupo y una carrera dispar en solitario, en la que el cantante agudizó su labor humanitaria, en 2013 Elefantes volvieron a reunirse. Este reciente concierto de Lleida, inmerso en la gira 30 años, nos ha devuelto a un grupo muy bien engrasado y con un líder y cantante dando una auténtica demostración de teatralidad de alto voltaje en el escenario, gran sentimiento emocional y entrega escénica total, revisando temazos como Azul, Me he vuelto a equivocar, Piedad, Que yo no lo sabía, Me falta el aliento, Te quiero, etc. El culmen de la noche vino de la mano de los Vetusta Morla, el nombre, quizás, más importante del cartel de esta edición del Magnífic Fest, cuya trayectoria desde la aparición de Un día en el mundo (2008) se ha completado con brillantes apariciones discográficas posteriores, como Mapas (2011), La deriva (2014), Mismo sitio, distinto lugar (2017), Cable a tierra (2021) y, el último, de este mismo año, Figurantes. Coincidiendo con el anuncio de su pronta retirada –momentánea o no, quién sabe–, sus numerosos seguidores locales y bastantes venidos de fuera acudimos en manada para ver al, seguramente, grupo más importante e influyente de la última década. Un espectáculo imponente a nivel sonoro y visual, y un buen y completo repaso de canciones, viejas y nuevas, que hicieron las delicias de todos los presentes. Gran acierto traerlos y refrendo del público, que cuando se le ofrece cosa buena responde como un solo hombre. ¡¡¡A repetir, sin duda!!!