Reincidentes, felices en Lleida
Crítica del concierto de Reincidentes en el Sam Sam Festival
Las últimas veces que Reincidentes han pasado por tierras leridanas ha sido, diría, a través de los muy explotados festivales musicales, los cuales tienen tantas ventajas como inconvenientes, y una de estas últimas es la distancia que separa el grupo con sus seguidores, mediante vallas de seguridad y pasillos de protección. Y a eso me remito para esta crónica, porque la distancia importa.
Y cuando a un grupo de rock le das la distancia justa para tener las gargantas de sus fans a medio metro, te lo agradece. Y pasó. La voz más sólida del rock español, la del muy imponente Fernando Madina, retronó en la sala Cotton de Lleida, mientras sus compañeros le seguían el ritmo, a veces quizá torpemente de forma desafinada, pero es que tocar en una sala pequeña puede y debe tener estos problemas de sonido (no como cuando pasa en el Auditori Enric Granados, que es de juzgado de guardia, como ya he denunciado alguna vez).
Los Reincidentes estaban felices. Ante dos o trescientas personas, aunque da igual la cifra. Pero fueron felices durante la hora y media larga que tocaron. Y eso nos hizo felices a los demás, que queremos que los Reincidentes, a un paso de la jubilación -si no ya pasada de vueltas- estén contentos. Lo estaban, y se regalaron y nos regalaron.
Suelo decir que las listas de temas de los directos no importan. Pero en este caso sí. Porque cabe resaltar que Reincidentes tocó lo clásico, lo que esperan sus veteranos seguidores. Diría que lanzó los grandes himnos que dejaron para la historia con ese mítico álbum en directo llamado Algazara del año 1998, y que fue el momento más dulce y definitivo del grupo. Algazara es un hito, está lleno de himnos de esta facción del rock español, el reivindicativo y social, que resonaron por la sala. Crítica taurina a Grana y oro, a los medios a Camela3 y al machismo a Dolores. Y canto a la vida con Andalucía entera, Aprendiendo a luchar, para terminar como siempre, con la gente eufórica con Vicio y Jartos. Del material más nuevo, poca cosa.
Eso en realidad daría para un análisis profundo. Lo de los grupos que publican disco cada dos o tres años. Entiendo que por exigencias del guion y de discográficas, o por simple gusto de decir y de publicar. Si es por las dos primeras, esta industria necesitaría entender un poco más los movimientos musicales modernos. Si es por gusto de los sevillanos, no he dicho nada. Digo esto porque esas canciones, toda esa producción, queda muchas veces en el tintero de las giras en directo. Porque no nos engañemos, a una cierta edad uno ya sólo quiere escuchar lo que sabe que le va a funcionar. Larga vida a los Reincidentes.