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JAZZ

★★★★✩

Como muy bien dice el dicho, no hay mal que por bien no venga. Y al anuncio de hace ya unas cuantas semanas de que el magnífico saxofonista norteamericano Scott Hamilton, viejo conocido de la afición local por sus muy numerosas y atinadas visitas musicales a Lleida, no podría cumplir su compromiso de actuar en Lleida como apertura del nuevo ciclo de Jazz Acústic del Enric Granados, a causa de una inoportuna enfermedad, sucedió enseguida otra comunicación confirmando que ya tenía sustituto. ¡Y qué sustituto...! Un no menos prestigioso saxo y compatriota suyo llamado Harry Allen, aunque notoriamente más joven, que no solo se mueve en cuanto a estilo interpretativo por territorios sonoros parecidos a los del bueno de Hamilton, con quien se le ha comparado a menudo, sino que su trayectoria personal es también valiosísima y plena de aciertos. A saber, más de setenta grabaciones a su nombre como líder de formación, y bastantes más como acompañante o sideman. También cuenta en su haber con un buen número de galardones –entre otros, Gold Disc Award, New York Nightlife Award o New Star Award– y reconocimientos a su valía y aportaciones en varias prestigiosas revistas como la británica Jazz Journal International o la japonesa Swing Journal. El caso es que, menos por una presencia suya en tiempos de la mítica sala Europa, con Els Amics del Jazz de anfitriones, no recuerdo haberlo visto por aquí nunca más, pese a haberse prodigado bastante por España en algunos de nuestros eventos jazzísticos más característicos. En esta ocasión, pues, con ganas enormes de ver y escuchar a uno de los máximos exponentes actuales del jazz mainstream, haciéndose fuerte en la tradición del género, y rehuyendo otros planteamientos más vanguardistas y rompedores que otros músicos de su generación han abrazado ávidamente. Gran admirador y profundo conocedor de la obra y los modos de hacer de grandes como Duke Ellington, desde el punto de vista compositivo, o Ben Webster y Coleman Hawkins, en cuanto a la utilización y técnicas con el instrumento, el sonido cálido y embriagador que Allen es capaz de regalarnos se nos antoja pura delicia. En esta ocasión, acompañado de brillantes músicos como el pianista Gerard Nieto, el contrabajista Ignasi González y el batería Xavi Hinojosa, los tres sobradamente conocidos de todos por haber actuado en Lleida en numerosísimas oportunidades, la sesión que nos brindaron, en formato de cuarteto, no puede ser calificada de otra forma que excepcional. Para repertorio, casi todo estándares de la gloriosa etapa del swing, y algún que otro –muy pocos– originales de su propia cosecha, que causaron en todos los presentes un efecto relajantemente feliz. En fin, y para resumir, un Allen en estado de gracia que hizo buena esa comparativa tan a menudo aplicada a su estilo y calidades, de ser el Frank Sinatra del saxo tenor por esa enorme dulzura interpretativa suya tan característica.

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