CRÓNICA POLÍTICA
Alemania nos invita al club y pasamos
periodista
La superficialidad de las noticias que se difunden y el despiste de buena parte de los medios nacionales, nos puede pasar facturas muy altas. Llevamos dos semanas de importantes anuncios en el ámbito internacional, que nos afectan muy directamente, y aquí estamos explotando frases desafortunadas o asuntos viejos. Aprovechar con éxito la negociación del Brexit para mejorar nuestra posición en lo de Gibraltar, que dura más de trescientos años, no ha merecido más que leves comentarios. Estaba todo listo para echarle en cara al Gobierno un supuesto fracaso y desconcertó el resultado positivo, reconocido con la boca pequeña hasta por los británicos. Cierto que Sánchez jugó muy fuerte, lo que sentó mal en algunas cancillerías por su anuncio de veto al Acuerdo sobre el Brexit tras 20 meses de negociación. Se la jugó y le salió bien, aunque algún rasguño diplomático quede. Imaginen lo que hubieran dicho los mismos medios si no se comparece al envite, o si se hubiera perdido la oportunidad.
Siendo esto muy importante, hay algo más que, lamentablemente, se nos ha escapado y que resulta de gran trascendencia. Viene a Madrid el ministro alemán de Exteriores, Heiko Maas, y declara en un coloquio público en la Universidad Complutense que el motivo de su viaje es invitar a España, ahora que los británicos dejan la Unión, a que nos sumemos al eje franco-alemán, el motor de las decisiones europeas. Tremenda declaración y aquí no se entera casi nadie. Atentos a sus rotundas palabras: “Nos hace falta más Europa y en Europa hace más falta más España.” ¿Han leído, escuchado o visto en algún telediario semejante propuesta? No se conoce que las tertulias de radio o televisión le hayan dedicado algunos minutos. Es un momento trascendental por la reorganización de Europa; nos invitan a la cabina de mando porque el piloto británico ha dimitido y el italiano flaquea, y apenas nos interesamos por ello. Parece que no somos capaces de entender la trascendencia histórica de esa invitación y lo que puede suponer para las empresas y para los ciudadanos españoles.
En el coloquio participaba el ministro Borrell quien aceptó “el guante, con mucho gusto” por parte del Gobierno. Coincidieron en que España reúne las condiciones ideales por el talante europeísta de este Gabinete, población, tamaño geográfico, el PIB, la pertenencia a la eurozona y al espacio Schengen. De paso el ministro alemán envió otro mensaje: “Tenemos un gran interés en que haya un estado español fuerte y unido. No creemos en los movimientos que apuestan por más estados y más pequeños.” Y otro: “Las fake news se han colado en el debate migratorio en Alemania y hay que combatir su discurso con hechos y datos.” Por último, compartieron ambos jefes de la diplomacia que “Europa es el único lugar del mundo donde se combinan libertades políticas, cohesión social y progreso económico”. Sánchez tiene suerte, sin duda. Llega y nos reclaman a escena.
Aquí estamos, entretanto, ocupados en que si Borrell dijo que “los colonos en Estados Unidos mataron a cuatro indios”, patinazo que se podría ahorrar, celebrado con lluvia de memes por los independentistas catalanes. Si tal como están los medios se les regala una frase así, los periodistas correrán a transmitirla por encima de lo que diga el ministro alemán. Además, Borrell es citado abundantemente estos días por el lío de las acciones de Abengoa (cerca de diez mil euros), al parecer propiedad de su exesposa, que se vendieron en un momento que llevó a la Comisión del Mercado de Valores a multarlo con 30.000. No es asunto política ni estéticamente menor. Pero eso ya se publicó en su día y estaba superado. Un oportuno tuit de Pablo Iglesias lo reactivó en la última semana de campaña andaluza. A Borrell, ese rumor de que lo presentan a las europeas le traerá problemas porque, con todo, electoralmente es muy temido. Van a por él. Rufián en el Congreso y otros fuera. Es la vida. Pero ahí queda la propuesta del ministro alemán invitándonos a la Champions. Conste en acta.