CRÓNICA POLÍTICA
Candidatos y partidos tiemblan como un flan
El 28 de mayo electoral está ahí. El día será muy caluroso, pero los sudores ardientes llegarán por la noche al abrir las urnas. El mapa de España puede cambiar de color.
Casi imposible que los socialistas revaliden los extraordinarios resultados de 2019, pero aspiran a superar todavía en número global de votos a los populares. Y por ciudades y territorios, a conservar, o a recuperar, posiciones. Si la jornada resulta nefasta para Pedro Sánchez, es probable que no mantenga la presidencia del Gobierno a final de año.
Si Sánchez supera esta meta volante, Alberto Núñez Feijóo tendrá más dificultades para ganar. La procesión va por barrios. Bailan Valencia y Castellón ciudad, y también la Comunidad, que ahora preside Ximo Puig.
Es el territorio de mayor poder socialista en España por peso demográfico. Si el PP lo conquista, entraremos en otra fase. Madrid es popular, como Castilla y León, Galicia y la Junta de Andalucía.
País Vasco y Cataluña, nacionalistas, aunque el Partido Socialista aspire a recuperar Barcelona, quizás Lleida y Vitoria. Asturias, asolada por incendios criminales el último mes y medio, Extremadura y Castilla La Mancha deberían permanecer lejos del poder popular, según trayectoria y encuestas. Navarra también, donde la socialista María Chivite puede revalidar mandato.
La Rioja lo tiene más difícil, aunque las discrepancias dentro del PP ayudarán a Concha Andreu. En Baleares, Francina Armengol previsiblemente renovará. Y en Canarias también Ángel Víctor Torres, pero el rompecabezas del archipiélago es siempre un peligroso enigma.
Aragón ya necesitó un cuatripartito esta legislatura. Javier Lambán ha elegido ahora un eslogan que llama con orgullo al voto y contiene un mensajito para Pedro Sánchez: “Aragón con voz propia”. Quizás se mantenga con otra alianza, pero recambiando la autodinamitada pieza del PAR por Teruel Existe.
Lo que casi no existe es Ciudadanos. Fíjense en esto: las marcas comerciales elegían este territorio como banco de pruebas para ensayar nuevos productos; y su publicidad también, porque los nuevos vehículos llevaban en los anuncios matrícula “Z”, de Zaragoza, lo que era admitido sin recelo en el resto del país. La historia demuestra que quien gana en Aragón, en su comunidad y en sus tres provincias, gana después en España.
Aragón, electoralmente, es el Ohio español. De ahí que sus resultados sean seguidos con tantísimo interés. Y ahora, los populares, con Vox adosado, tienen opciones.
Teruel Existe no participaría en una suma a tres; si acaso a dos. Tomás Guitarte y Manolo Gimeno no quieren tratos con la ultraderecha.La clave de solución de buena parte de estas dudas pasa por los resultados de Podemos y sus confluencias. Y antes, por la pacificación y el avance de la alianza con Sumar y sus aliados, como Más Madrid y Compromís.
El mínimo del cinco por ciento de los votos para tener opciones de adjudicar diputados y concejales en algunos territorios puede resultar letal para la izquierda del PSOE si acude fragmentada. Lo saben, pero no se arreglan. El ego de sus jefes pesa más.Otro capítulo fundamental en el reparto de poder son las Diputaciones, Juntas Generales y Cabildos insulares.
Hasta ahora las Diputaciones son mayoritariamente socialistas. En Galicia, de cuatro provincias, el PP gobierna solo Ourense. En Castilla y León sí son mayoría.
En Andalucía, dos de ocho. En Comunidad Valenciana, solo Alicante. Cualquier conquista provincial será de gran valor para Núñez Feijóo.
Al final, se echarán cuentas por ahí: que si tantos gobiernos provinciales, que si Sevilla, Barcelona y Valencia cambian… Y cualquier hecatombe inesperada. Normal que todos tiemblen como un flan.