Feijóo se consolida y Sánchez sale vivo
periodista
Ganar por cuatro puntos al PSOE, con solo dos eurodiputados de ventaja, pero viniendo de atrás, da derecho a consolidarse en la presidencia del Partido Popular. Paso adelante de Alberto Núñez Feijóo. Los que aspiran a sucederlo –ella y él– saben ahora que hay Feijóo para rato. Los que daban a Pedro Sánchez por finiquitado tendrán también que esperar. Resistió remontando y quedó por encima del treinta por ciento de votos, lo que le concede al PSOE derecho a soñar. Pero a su izquierda hubo retroceso y el problema es que a ver con quién se alía para formar Gobierno tras las próximas elecciones. España está inclinándose a la derecha y Europa más todavía.
En la izquierda española, la fragmentación entre Sumar y Podemos pasa factura. Peor todavía en Sumar, que es una agregación de fuerzas, con dos que han quedado sin representación europea: ni más ni menos que Izquierda Unida, la única con implantación en todo el país (número 4 de la lista) y Más Madrid (número 5). Tormenta asegurada.En la derecha, el Partido Popular ha engullido a Ciudadanos, pero no ha conseguido que estas elecciones fueran un plebiscito contra Sánchez. Ha aparecido el fenómeno Se Acabó la Fiesta, un movimiento populista casi unipersonal, de Alvise Pérez, crecido básicamente en redes digitales, por lo que vuelven a ser tres fuerzas –populares, Vox y Alvise– a disputarse el espacio. Esa división tiene costes electorales, por ineficacia, al asignar escaños provinciales. Ya se verá si es un experimento como el de Ruiz Mateos, que se estrenó en europeas y no tuvo continuidad, o como Podemos, que consolidó hasta alcanzar el Gobierno.De modo que España sigue dividida en dos bloques casi iguales si se suman las tres derechas (48 por ciento) y si a las izquierdas (PSOE, Sumar y Podemos), que llegan hasta 38, se les añaden los nacionalistas, aunque también fragmentados y en descenso en algunos casos. Bildu ganó al PNV en el País Vasco, con los socialistas como segunda fuerza. Y Puigdemont obtuvo un único eurodiputado, cuando aspiraba a dos o tres, y con el Partido Socialista en Cataluña doblando el porcentaje del segundo, que resultó ser Esquerra Republicana. Yolanda Díaz y Puigdemont, a la baja.Pero eran elecciones europeas y el Partido Popular ganó en su conjunto, por lo que Úrsula Von der Leyen renovará probablemente su cargo de presidenta de la Comisión en alianza con los socialdemócratas –los veinte eurodiputados de Sánchez son de gran valor– más los liberales de Renew. Suman 409 de los 720 escaños. La extrema derecha se disparó en varios países como Alemania, Austria, Francia e Italia, pero no podrá forzar una alianza con el Partido Popular Europeo. El riesgo era altísimo y prosigue, pero a cinco años vista.No obstante, el notición del domingo 9 de junio no estuvo en Madrid, ni en Bruselas, sino en París. En una maniobra desesperada, el presidente Emmanuel Macron convocó elecciones legislativas, a dos vueltas, ante el ascenso de la ultraderecha. Y De Croo, primer ministro belga –allí coincidían elecciones federales y regionales–, presentó la dimisión.Es decir: verano electoral después de una primavera de campañas. Ya se había adelantado el primer ministro británico, Rishi Sunak, convocando el 4 de julio, en un intento al límite de salvar de la catástrofe a los conservadores; añadan, pues, por esas fechas, elecciones francesas. De momento. Hasta en ocho países de la Unión explosionó la ultraderecha. Esto puede ir a más.