La agenda del President

Es evidente que la agenda internacional del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, es importante y que su gabinete y gobierno creen fundamental asegurar su presencia en ámbitos en los que pueda reafirmar y visualizar la singularidad catalana y las legítimas aspiraciones de más autogobierno, avaladas por las urnas y el Parlament. Pero esta premisa no debería ir en detrimento del certamen frutícola más importante de Catalunya, la Fira de Sant Miquel de Lleida, que junto con la de maquinaria agrícola de Sant Josep de Mollerussa, representan la vitalidad y fuerza del sector primario de todo el país. Sant Miquel, que este año supera todos los récords de exposición, de tecnología puntera y de jornadas que son una radiografía del presente y del futuro del mundo agrícola, ganadero y agroalimentario, había pospuesto la inauguración del certamen 24 horas, precisamente para que pudiera inaugurarlo la máxima autoridad catalana, dado que el jueves estaba en la agenda la moción de confianza. Suspender la visita por una invitación de última hora en Oporto es una falta de consideración hacia las comarcas de Lleida, puede que no achacable al President pero sí a quienes organizan sus actividades y que deberían tener más sensibilidad con el territorio.Siempre y radicalmente noEl Gobierno no está dispuesto a tocar ni una coma de la Constitución, ni de nada, para intentar una aproximación con las fuerzas catalanas mayoritarias en el Parlamento que piden abrir el diálogo para conseguir una solución territorial para Catalunya. La vicepresidenta fue clara y contundente: “El referéndum planteado por Puigdemont no tiene ninguna posibilidad de prosperar porque no es algo que competa ni al Ejecutivo central ni al Congreso de los Diputados.” Y su radical “no” no se ha quedado ahí, sino que amenaza con corregir los presupuestos catalanes, que ni siquiera tienen garantizados su aprobación, si no atienden el déficit o incumplen algún otro precepto. Es muy difícil dialogar si una de las dos partes no quiere.