EDITORIAL
Prevención y optimismo
Una de cada ocho leridanas padecerá un cáncer de mama a lo largo de su vida y en la provincia de Lleida se diagnostican 350 nuevos casos cada año. El dato debería preocuparnos porque detrás de cada caso hay un drama, una zozobra permanente, pero hay motivos para afrontarlo con optimismo porque el 85 por ciento de los casos se curarán, y en algunos casos la supervivencia llega hasta el 98 por ciento. Ayer celebramos el Día Mundial contra el Cáncer de Mama, que sirve sobre todo para difundir en toda la sociedad la necesidad de extremar la prevención, las revisiones periódicas y también la de afrontar la enfermedad con buena actitud vital, con apoyos de la familia y del entorno y con la convicción de que se puede superar. Los datos corroboran este optimismo porque en los últimos 30 años en España el porcentaje de supervivencia se ha elevado en 20 puntos, pero es imprescindible generalizar la prevención y los programas de detección porque el diagnóstico precoz permite aumentar cada año un 2 por ciento el porcentaje de curación y contrarrestar también el incremento de la incidencia en otro dos por ciento. Queda mucho por recorrer, porque siguen registrándose demasiadas muertes por esta enfermedad, pero vamos avanzando porque España registra uno de los índices más bajos de Europa y porque en Lleida las campañas de detección precoz con mamografías, en las que participan 12.000 mujeres, se han convertido en una eficaz arma de diagnóstico y de lucha contra la enfermedad. El camino es extender estas campañas y potenciar la investigación porque esta batalla se puede ganar.Justicia y dignidadLa hermana de Puig Antich, el último ejecutado por el franquismo, apoyaba el trámite parlamentario que abre el proceso para eliminar juicios del franquismo en Catalunya diciendo que no era cuestión de justicia, sino de dignidad. Evidentemente, se trata de restaurar la memoria de quienes lucharon contra la dictadura, pero también es un acto de justicia reparar los daños de un régimen que nació de un golpe. Son casi 80.000 procesados y 3.358 ejecutados que merecen reconocimiento.