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Poco a poco y después de unos años complicados, el mercado inmobiliario va recuperando el pulso y periódicamente se publican estadísticas que hablan de incrementos de dos dígitos en la compra y venta de pisos y así, el Instituto Nacional de Estadística ha estimado en un 16 por ciento el aumento en lo que llevamos de año en Lleida o superior al 20 por ciento en el conjunto de Catalunya con respecto al mes de octubre del año pasado. Los mismos agentes inmobiliarios de Lleida admiten, de cara al salón del sector que se celebra este fin de semana, que prevén un 40 por ciento más de ventas en este ejercicio y hay elementos que justifican este cambio de tendencia, como la mejoría de la financiación, con dinero barato que llega a cubrir el total de la hipoteca, la escasa remuneración del ahorro, que vuelve a considerar los inmuebles como un valor sólido, y también en el conjunto catalán, la llegada de dinero extranjero que invierte en Barcelona, porque entiende que puede conseguir una rentabilidad que no le ofrecen otros sectores. Pero no hay que lanzar las campanas al vuelo, porque partimos de unos índices muy bajos y cualquier mejoría reporta una estadística optimista: ha habido periodos sin prácticamente movimientos y ahora la reactivación ofrece cifras que pueden ser engañosas y, desde el sector, se advierte que las transacciones de momento se están centrando en el mercado de segunda mano y de pisos baratos. Lo importante es que el sector se reanime y sobre todo, que se haya aprendido de los desastres que generó la burbuja inmobiliaria para que no se repitan los mismos errores.Freno a las granjasLas advertencias de la UE de medidas urgentes para mejorar el estado de los acuíferos contaminados por nitratos y el aumento de peticiones para construir nuevas granjas de porcino, han creado un problema a la Generalitat que ha ordenado a los ayuntamientos que no remitan a Urbanismo los expedientes de nuevas granjas si no cuentan con un plan para el tratamiento de purines. Antes era un problema colectivo y ahora es de cada ganadero y el resultado es un freno a nuevas granjas.

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