EDITORIAL
La madurez de Marc Màrquez
De Marc Màrquez ya hemos destacado a lo largo de los últimos años todas sus cualidades competitivas que le han llevado a ganar cinco títulos del campeonato del Mundo de Motociclismo con solo 23 años y la consecución del último de los cuales, de MotoGP, llevó ayer a Cervera un año más a miles de aficionados para celebrarlo por todo lo alto. Marc ha sido un niño prodigio del motor, ha batido todos los récords de precocidad habidos y por haber y lleva camino de superar al rey de la velocidad por excelencia, el italiano Valentino Rossi, que acumula un palmarés de 9 cetros mundiales en diferentes cilindradas, siete de ellos en la categoría reina. Pero si hasta esta temporada todos los elogios se centraban en su ambición sin límites, su atrevimiento máximo y los riesgos que corría para lograr ser siempre el primero, este año el tro de Cervera nos ha demostrado que se ha hecho mayor, pese a su corta edad. En el campeonato pasado perdió el título en favor de Jorge Lorenzo por arriesgar demasiado, lo que le llevó al suelo en demasiadas ocasiones para poder remontar, y tanto el piloto como su equipo asumieron que, para ser campeón del Mundo, no siempre es necesario llegar el primero, sino que hay que sumar más puntos que nadie.
Esta madurez en la pista le ha retornado a lo más alto sin perder ni un ápice de su personalidad al manillar. Además, el espectáculo que montó Rossi en el Gran Premio de Malasia en la temporada pasada hizo también ver al piloto leridano que su ídolo del pasado no estaba dispuesto a pasarle el testigo con la elegancia y cordialidad que un deportista debiera, unas cualidades que no están reñidas con la rivalidad. Muchas lecciones en poco tiempo que Marc y los suyos han aprendido rápido y que le han devuelto al primer puesto en el podio. Desde aquí solo nos queda sumarnos a las múltiples felicitaciones que está recibiendo desde todos los rincones del mundo y soñar con que esta madurez también prematura le proporcione muchísimos más éxitos, objetivo más que asequible si continúa con la línea actual. Pero a día de hoy, Marc Màrquez es ya el mejor deportista que nunca haya tenido Lleida y un ejemplo de competitividad y valores, especialmente para sus seguidores de más corta edad. Disfrutemos pues con sus triunfos.