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Más del 60 por ciento de los asalariados de Lleida, concretamente 114.792, no llega a ser mileurista, mientras que una afortunada minoría, 721, cobra de media 123.167 euros al año, según los datos presentados ante la Agencia Tributaria que publicamos ayer. Es una brecha salarial importante que se agrava si se analiza por segmentos de edad, viendo como los más jóvenes, los que están entre 18 y 25 años, tienen unos ingresos anuales de seis mil euros, menos de lo que cobran los mejor pagados en un mes, y que tampoco la media de los que están entre 26 y 35 años, con 14.613, llega a los mil euros netos mensuales, mientras que el segmento mejor remunerado es el más próximo a la jubilación, entre 56 y 65 años, con 23.023 euros. Algo que es preocupante de cara a garantizar el futuro de las pensiones porque son los jóvenes los que menos cotizan con lo cual se complica garantizar la viabilidad de las futuras jubilaciones y que refleja como el dato estadístico, de que el salario medio en Lleida es de 17.327, es engañoso en cuanto se analiza por segmentos de edad y se valora que más de la mitad de la población tiene que sobrevivir con menos de mil euros, corroborando la triste realidad que nos ha traído la crisis de que tener un trabajo no representa, ni mucho menos, salir de la precariedad. De hecho, el empobrecimiento ha sido general y el mismo Instituto Nacional de Estadística dice que la crisis ha provocado una pérdida del poder adquisitivo generalizada, que cifra en el 9,2 por ciento en el periodo entre 2008 y 2014, teniendo en cuenta la bajada de salarios y el impacto de la inflación, admitiendo que en los peores años, 2011 y 2012, el impacto aún fue mayor. Profundiza más en el dato el informe de la Organización Internacional del Trabajo, que sitúa a España como el país donde más ha aumentado la desigualdad a consecuencia de la crisis económica, elevando la pérdida del poder adquisitivo a un 17 por ciento con un añadido muy significativo: los que menos cobran han perdido un 43 por ciento, mientras que los mejor remunerados solo han visto reducida su capacidad en un 3 por ciento. Una brecha salarial que ha ido en aumento, que ha proletarizado a los asalariados, que está abocando a la pobreza a los más jóvenes y que incluso amenaza con hacer quebrar el sistema de pensiones. Anuncian para hoy una subida del salario mínimo y tendrá que ser generalizada para recuperar todo lo perdido.

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