EDITORIAL
El valor de la solidaridad
La lamentable actuación de los padres de Nadia ha generado una cierta desconfianza en la ciudadanía al ver como sus donativos y la solidaridad generada se utilizaban con fines espurios y contrarios al objetivo deseable. También entre los medios ha cundido la sensación de que hemos sido engañados por unos padres sin escrúpulos, que se ha abusado de nuestra buena fe y que no en todos los casos y ante exageraciones evidentes como por ejemplo las operaciones en Afganistán se han aplicado los mecanismos de contrastación necesarios. Pero este caso en modo alguno debería repercutir en los llamamientos de solidaridad de otros casos, absolutamente justificados y que no llegan a ser convenientemente cubiertos por la sanidad pública. Ha habido otros muchos casos en los que la respuesta ciudadana ha permitido atender a niños y personas con enfermedades de difícil tratamiento y aunque las mismas asociaciones de enfermedades raras admiten que puede haber un descenso de apoyos, no sería justo que por la avaricia, la inconsciencia y la falta de escrúpulos de los padres de Nadia pagaran las consecuencias otros enfermos que sí necesitan de la solidaridad ciudadana. Lo ideal sería que fuera el sistema de salud pública que atendiera todos estos casos, pero ante la evidencia de que no es así, es justo y digno de elogio que se recurra a la solidaridad, se contribuya a recaudar fondos para problemas concretos y se exija transparencia. Vivimos en una sociedad generosa en la que la solidaridad es un valor, que responde ante los problemas de sus semejantes y que siempre ha aportado donativos para ayudar al que lo necesita. No dejemos que por un engaño se multiplique la desconfianza y mantengamos la solidaridad de siempre porque es más necesaria que nunca. Una obra imprescindibleLas diputaciones de Huesca y Lleida, cuarenta alcaldes y representantes de las cámaras de comercio y las comarcas han coincidido en la necesidad y la urgencia de la que la N-230 se convierta en autovía hasta Sopeira. Hay razones de seguridad en el tráfico y de desarrollo económico y además es lo que se había prometido.