Huérfanos del rock

La muerte del británico George Michael, nacido como Georgios Kyriacos Panayiotou, viene a sumarse a la lista de músicos que nos han dejado este 2016, un año que entre los melómanos será recordado por el adiós prematuro de muchos músicos y cantantes. Nada más estrenar el año desaparecía el mítico David Bowie, una constante fuente de innovación y creatividad desde los tiempos del glam-rock hasta su último disco, que publicó mientras luchaba contra el cáncer, batalla que finalmente perdió. El mismo mes fallecía Paul Kantner, fundador de Jefferson Airplane, emblema de la música psicodélica de los años 60 y la era hippie, y en febrero nos dejó Maurice White, fundador de Earth, Wind & Fire. La muerte también se cebó en el trío de rock progresivo Emerson, Lake & Palmer, que perdió a los dos primeros, teclista uno y bajista y cantante el segundo. Conmoción también causó en el mundo de la música la desaparición de Prince, el genio de Minneapolis y uno de los músicos más influyentes de los 80, con canciones como Purple Rain, que marcó un antes y después. Leonard Cohen también figura por derecho propio en la lista de cantantes de primera fila que se fueron, un canadiense que también marcó a varias generaciones con sus temas espirituales y sus cantos al amor. Y entre los más grandes cabe recordar también el fallecimiento del divo mexicano Juan Gabriel, y del español Manolo Tena, uno de los emblemas de la movida madrileña.

Una lista relacionada con 2016 que pasará a la historia como ha pasado el denominado Club de los 27, expresión que se usa para referirse a las estrellas del rock que desaparecieron a esta edad, como Jimi Hendrix, Jim Morrison, Janis Joplin y Brian Jones, y más recientemente Kurt Cobain y Amy Winehouse. Aunque el impacto de estas pérdidas no tiene punto de comparación con el dolor por la pérdida de una persona querida, para muchos habrá supuesto una importante pérdida porque esos músicos con sus canciones hicieron más soportables los sinsabores que la vida depara. Justo es, pues, reconocer a estos artistas su contribución y agradecerles que pusieran su talento al servicio de una mayoría y de un arte tan noble como es la música. Se han ido de este mundo pero su obra permanece para que los melómanos de ahora y de generaciones venideras puedan seguir disfrutándola.