EDITORIAL
Autoridad en lugar de videocámaras
Las cámaras de videovigilancia están proliferando cada vez más en los últimos años. Primero se instalaron en ciertos negocios que por sus características precisaban de más medidas de seguridad, y después pasaron a la vía pública y se generalizaron en los accesos y zonas comunes de todo tipo de equipamientos y edificios. Inicialmente, la grabación de imágenes en la calle o en recintos públicos generó cierta controversia, pero ahora casi todo el mundo la ha asumido como algo normal. El instituto Joan Brudieu de La Seu d’Urgell ha dado ahora un paso más al instalar una cámara dentro de un aula. Su director lo justifica afirmando que así se ayuda a prevenir o aclarar situaciones conflictivas, y que incluso los propios alumnos lo apoyan. No obstante, se trata de una medida que como mínimo es discutible. Una cosa es que haya cámaras en pasillos y zonas comunes y otra en una clase. Hay que ver hasta qué punto afecta esta medida a la protección de la imagen de los menores y preguntarse si no estamos llevando demasiado lejos la videovigilancia. Porque si se permite grabar lo que sucede dentro de un aula, tampoco debe haber impedimentos para hacer lo propio en la sala de profesores o en cualquier lugar de trabajo. Además, este hecho constata las consecuencias que comporta la pérdida de autoridad de los docentes. Los conflictos en las aulas deben solucionarse partiendo de este principio de autoridad de los profesores y dialogando y contando con el apoyo de las familias. Recurrir a videocámaras solo demuestra que algo funciona mal, y este no es el remedio. El euro necesita una Europa fuerteEl euro ha cumplido 15 años desde que se puso en circulación justo cuando la Unión Europea atraviesa por un delicado momento. La moneda única debía servir para reforzar su integración, pero lo sucedido demuestra que hace falta una integración política y económica real basada en los intereses generales de los ciudadanos, porque las directrices impuestas por Alemania y Bruselas a raíz de la crisis solo han hecho que impulsar el euroescepticismo.