EDITORIAL
Más desigualdad
Si el objetivo de un gobierno ha de ser favorecer la redistribución de la riqueza para limitar las desigualdades, el informe de la organización no gubernamental Oxfam Intermón, presentado ayer, certifica el fracaso rotundo de los gobiernos españoles de los últimos doce años, porque la desigualdad ha aumentado tan escandalosamente que España es el segundo país europeo, después de Chipre, en el que más ha aumentado la divergencia de rentas, que es veinte veces superior a la media europea. El informe presentado en Davos se centra en que los efectos de la crisis en España se han cebado en los más débiles de forma que si la renta media entre 2007 y 2014 cayó un 9 por ciento, la caída en el diez por ciento más pobre de la población fue también del doble, un 21 por ciento. Por contra, la riqueza se acumula en muy pocas manos y así, el 1 por ciento más rico del país acumula la cuarta parte de la riqueza, concretamente el 27,4 y, por concretar aún más, solo tres personas, Amancio Ortega, de Inditex; su hija, Sandra Ortega, y Juan Roig, de Mercadona, acumulan la misma riqueza que más de catorce millones de personas. Esta divergencia creciente, mayor que en países con crecimientos similares como Eslovaquia, Hungría o incluso Grecia, se atribuye a la pérdida de peso de los salarios, congelados o rebajados durante la crisis, frente a los beneficios empresariales y a una política fiscal, regresiva y mala porque además recauda poco, y se centra en las rentas del trabajo, obviando las del capital. Y así tenemos que son las familias las que aportan más del 80 por ciento de los impuestos frente a un 13 por ciento del sector empresarial. Son cuestiones que puede corregir el Gobierno, si quiere.La caja B del PP Ocho años después de su imputación, empezó ayer su declaración el que fuera senador y tesorero del PP por su implicación en la trama Gürtel y se enfrenta a una petición de 42 años de cárcel y una ristra de delitos que van desde la asociación ilícita o cohecho, pasando por falsedad y 17 delitos contra la Hacienda pública. Ya ha asumido que había una caja B, pero la sangre no llegará al río y no pasará nada.