Los permisos de armas

Lo de Aspa fue una barbaridad que el auto judicial describe perfectamente con un individuo que en lugar de atender el requerimiento de los agentes rurales y descargar su arma, dispara hasta cuatro tiros a sangre fría y a corta distancia contra los agentes provocándoles la muerte instantánea. En este caso, no se hubiera evitado la tragedia ni aunque los rurales hubieran ido armados, ni pertrechados con chalecos anti-balas como se plantea ahora, aunque es admisible que en otros casos tales medidas preventivas sí pueden actuar como elementos disuasorios o incluso atenuar las consecuencias de posibles enfrentamientos. Más efectivos que estas medidas de seguridad pueden ser los controles sobre las armas y sobre todo los exámenes psicotécnicos de quienes están autorizados a utilizarlas, y en este caso el auto judicial explica cómo el acusado no disponía de la licencia pertinente para utilizar la escopeta y que tampoco cumplió la normativa que le obligaba a depositarla en el cuartel de la Guardia Civil. Recurrió a la complicidad de un amigo para no entregar el arma y fue a cazar sin los permisos necesarios en un agravante de su comportamiento. A la vista del caso es obligado preguntarse por los trámites para conseguir una licencia de armas y son los mismos cazadores los que exigen unos controles más estrictos porque en la práctica las pruebas psicotécnicas en algunos casos no pasan de ser un trámite que se resuelve en cinco minutos, que no dan tiempo a valorar el equilibrio ni la estabilidad mental del titular del arma. Los mismos psicólogos se han quejado de que su criterio no siempre es decisivo a la hora de conceder los permisos y que en algunos casos se buscan otros centros que suelen ser más flexibles a la hora de renovar las licencias a pesar de que puedan detectarse síntomas de agresividad. No sería justo que tras la tragedia de Aspa se ponga bajo sospecha al colectivo de cazadores, pero sí que es legítimo reclamar que para acceder a la tenencia y utilización de un arma de fuego se tenga que demostrar un comportamiento equilibrado, que se tengan que superar controles periódicos, que se extremen las medidas de seguridad y que se minimicen los riesgos. Somos contundentes criticando la liberalización de las armas en Estados Unidos, pero hemos callado cuando aquí se han concedido licencias de armas con lo que parece escaso control.