Por un sector agrícola con futuro

Más de 500 tractores procedentes de toda Catalunya culminaron ayer en Barcelona la Marxa Pagesa organizada por Unió de Pagesos para reclamar un mayor reconocimiento y medidas que ayuden a garantizar el futuro de la actividad agrícola y ganadera. Esta movilización se registra cuando el número de agricultores en Catalunya se ha reducido a la mitad en dos décadas, de 50.938 a los poco más de 26.000 que había el pasado año, mientras que en Lleida han bajado de 18.000 a 11.000. La tradicional explotación familiar del campo catalán ha pasado prácticamente a la historia en beneficio de otras mucho mayores, ya sea por la vía de la compra o el arrendamiento de tierras y, además, cada vez hay más empresas de distintos sectores, como constructoras o agroalimentarias, que también se lanzan a la compra de fincas. Este abandono del campo y la concentración de las explotaciones en pocas manos se explica por un dato que refleja el manifiesto de la Marxa Pagesa: la renta agraria ha caído un 39% en términos constantes entre 2001 y 2015. Los precios bajan, se mantienen constantes o apenas suben para la mayoría de sus productos, mientras los costes de producción crecen, lo que hace que los márgenes sean mínimos o incluso negativos en periodos concretos. Por ello el manifiesto exige una serie de medidas destinadas a asegurar precios justos para los productores. Otras de sus reivindicaciones son reactivar las ayudas al desarrollo rural de acuerdo con las prioridades fijadas en el debate monográfico celebrado en su día en el Parlament, medidas para acabar con los daños que produce la fauna salvaje, incluida la que está protegida (osos y buitres), una legislación urbanística y ambiental que evite arbitrariedades y que proteja los espacios agrícolas y la dignificación y el reconocimiento social de la payesía, además de la reclamación de carácter más corporativo sobre la representación de UP en los órganos institucionales. Los políticos en particular y la ciudadanía en general deben concienciarse de que para apostar por los productos alimentarios de proximidad y por la preservación de los pequeños municipios y de su entorno natural es necesario considerar a la agricultura y ganadería como un sector estratégico a potenciar. De lo contrario, más pronto que tarde el grueso de la actividad estará en manos de unos pocos centros de decisión cada vez más alejados del territorio.