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Mientras algunos directivos del Banco de España recogen firmas de solidaridad con los cargos imputados por haber permitido a Bankia salir a bolsa pese a contundentes informes en contra de técnicos de la misma entidad, el gobernador de la institución, Luis María Linde, acude al Congreso para sentar doctrina, intentar influir en la política económica del Gobierno y plantear que la mejor forma para garantizar la estabilidad de la Seguridad Social es retrasar la jubilación más allá de los 67 años en que ya se fijó y que los pensionistas complementen las retribuciones con más cotizaciones o con aportaciones a fondos privados. O sea, que continuemos pagando los de siempre, que sean los trabajadores los que cubran con sus aportaciones los agujeros provocados por la mala gestión y que si aumenta la esperanza de vida habrá que aumentar también los años trabajados como única alternativa para garantizarlas. Pues habrá que decirle que no al gobernador del Banco de España, que no consideramos cualificado para pontificar sobre la política económica del país a quien se lavó las manos ante el descalabro del sistema bancario español, a la institución que permitió la salida a bolsa de Bankia cuando el responsable de la inspección de la entidad había advertido por escrito del peligro de quiebra cuatro meses antes de que se autorizara y al ente regulador del sistema de cajas y bancos español que no supo advertir de los peligros de la burbuja. Hay que recordar que el rescate de cajas y bancos españoles ha costado a los contribuyentes la friolera de 60.718 millones de euros según la estimación del Tribunal de Cuentas para el periodo 2009-2015 y quien garantizaba la solvencia, inspeccionaba a cajas y bancos y marcaba sus directrices era el Banco de España. Su fracaso fue evidente y no solo no se les ha exigido cuentas, ni se ha analizado su actuación, sino que mantienen sus generosas prebendas y hasta continúan dictando doctrina sobre lo que se tiene que hacer en materia económica. Ahora, con muchos meses de retraso, se ha imputado al exgobernador, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, por haber autorizado la salida a bolsa de Bankia pese a los informes en contra de la misma institución y su sucesor reclama que trabajemos, y coticemos, más años para que sea sostenible el sistema de pensiones. Esperemos que políticos y ciudadanos concedan a esta institución la credibilidad que se han ganado.

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