EDITORIAL
Secuelas de la despoblación
La despoblación rural que han padecido las comarcas de Lleida ha tenido efectos devastadores en la calidad de servicios en su ámbito con cierre de escuelas, pérdida de servicios, pueblos abandonados y, si primero fueron las comarcas del Pirineo las más afectadas, ahora también las del llano padecen la pérdida de habitantes y sus secuelas. Y entre las más destacadas figura el deterioro de los inmuebles no habitados por la emigración y la falta de expectativas en los pueblos y su progresivo empeoramiento, una circunstancia que afecta al conjunto de la localidad y también a los vecinos que han tenido posibilidades de seguir habitando en el pueblo y ven como los edificios contiguos se van cayendo porque están deshabitados, hay litigios por su propiedad entre los herederos o porque los propietarios no están dispuestos a asumir el coste de la rehabilitación. El fenómeno se está repitiendo en todas las zonas rurales y nos encontramos con viviendas perfectamente rehabilitadas y ocupadas durante todo el año o en los periodos vacacionales y al lado, otros inmuebles en estado de semiruina que ni se venden, ni se restauran y se caen a trozos con perjuicio para la imagen del pueblo y en algunos casos también para la seguridad de sus habitantes. Las soluciones no siempre son fáciles por las relaciones existentes en municipios pequeños, pero si un inmueble amenaza ruina y sus propietarios no lo restauran, los ayuntamientos tienen que intervenir con la expropiación y la demolición. Por el bien de sus vecinos y de la imagen del pueblo. Contratos de un mesDe los cuatro mil contratos de trabajo que se firmaron durante el mes de enero en Lleida, 2.837 tenían una duración que no llegaba ni al mes, mientras que solo 1.361 eran fijos. El dato, que es extensible al resto de España y al conjunto del año, es sintomático de la precariedad de la situación laboral que vivimos con empresarios que recelan de la situación y prefieren las contrataciones cortas y trabajadores que tienen que aceptar lo que se les ofrezca e ir renovando contratos si pueden. Las cifras de Trabajo dirán que baja el paro, pero es a costa de contratos precarios.