EDITORIAL
Un servicio deficiente
Puede llegar a entenderse que alguna inclemencia meteorológica afecte al suministro de energía eléctrica, pero ya es menos comprensible que una nevada en el mes de marzo anunciada con profusión pueda dejar sin luz a nueve mil abonados en medio centenar de pueblos de las comarcas de Lleida y ya es injustificable que la falta de suministro eléctrico se haya prolongado más de 24 horas en muchos pueblos y que haya durado hasta casi 39 horas en localidades de la Segarra. No es que las consecuencias de la nevada hayan afectado a alguna línea, es que son muchas las líneas afectadas y muy limitada la capacidad de respuesta que a estas alturas del siglo XXI no puede garantizar el suministro de luz a amplias zonas de las comarcas de Lleida. La Generalitat ha abierto expediente informativo y también la empresa suministradora está analizando lo sucedido este fin de semana, pero hay una consecuencia evidente: el servicio prestado no es el correcto y a tenor de las denuncias de los alcaldes y consells comarcals, tampoco la red eléctrica y el mantenimiento es el adecuado para garantizar el servicio. No es la primera vez que los representantes del mundo rural se quejan de problemas en el suministro eléctrico, algo que debería ser básico y garantizado, pero es que además podemos estar ante un incumplimiento por parte de la suministradora, que en muchos casos incluso ha superado las horas de corte previstas en los estándares de la ley de garantía de servicio. Hace falta más inversión para garantizar un servicio básico y también más sensibilidad para atender las necesidades del ámbito rural. Sin violenciaUn grupo de las juventudes vinculadas a la CUP intentó ocupar ayer por la fuerza la sede del PP para reclamar que se convoque ya el referéndum, provocando la condena de todos los grupos. Desde Junts pel Sí rechazan cualquier recurso a la violencia y el mismo president Puigdemont ha insistido en que hechos como éste no ayudan al procés y es evidente que pueden defenderse todas las opiniones, pero con respeto, sin interferir en los partidos discrepantes y sobre todo sin violencia.