EDITORIAL
Repensar el aeropuerto
El domingo terminó la temporada de invierno del aeropuerto de Alguaire, que coincide con el fin de los vuelos fletados por el turoperador Neilson para turistas británicos. Un primer balance refleja que los resultados, un año más, dejan mucho que desear puesto que la instalación ha tenido una caída de pasajeros del 26 por ciento respecto al anterior. En total han sido 18.329 personas frente a los 24.919 de la temporada pasada, siendo el volumen principal de pasajeros los referidos a la firma británica, con 14.180, 1.697 israelíes de Arkia, y los 2.452 del vuelo semanal a Palma de Mallorca de Air Nostrum. Cierto que la instalación ha sufrido la cancelación de 14 aviones por la niebla que tuvieron que ser desviados a Reus, pero en todo caso, de no haber existido estos percances achacables a la meteorología, estaríamos hablando de prácticamente las mismas cifras de pasajeros que la temporada anterior. Es decir, de estancamiento y en ningún caso reflejo de que el aeropuerto remonte el vuelo. Al frente del complejo ha entrado savia nueva en la persona del nuevo director, Antoni Serra, que sustituye al anterior cuyo tormentoso mandato acabó en los tribunales. En una entrevista a este diario concedida hace dos meses, Serra se marcaba un año para obtener resultados, ya que aseguraba se estaban abriendo nuevas líneas de negocio.
Descartado por la Generalitat un sistema antiniebla más eficaz por su alto coste en relación al movimiento de aviones, desechado también el transporte de mercancías por el nulo interés de las propias empresas, se apostó por el servicio de aparcamiento, reparación y desguace de aviones a través de la empresa Aeronpark. Tampoco ha dado resultado y sigue inactivo a la espera del permiso de Medio Ambiente, y en todo caso parte con desventaja, ya que esta especialidad está plenamente consolidada en el aeropuerto de Teruel. Así las cosas, al margen de los vuelos de Neilson, Arkia y Air Nostrum, la instalación tiene que sobrevivir con rodajes, formación de pilotos, prácticas de drones, una demostración anual de vuelos acrobáticos y el Aeroclub. Escaso bagaje para un aeropuerto que debe ser un valor añadido para el territorio y que por tanto obliga a sus responsables a repensar sus estrategias y a redoblar esfuerzos para que pueda despegar definitivamente.