EDITORIAL
Preservar el Pirineo
Hoy lunes finaliza la temporada de esquí de este año, una campaña buena para la gran mayoría de las estaciones que, a falta de hacer el balance final, confían en igualar o incluso mejorar el resultado de la anterior, que fue excepcional. Este es el caso de Boí-Taüll, Port Ainé, Espot y Port del Comte, mientras que los problemas de falta de nieve que tuvo Baqueira al principio condicionarán al final el volumen de forfaits vendidos debido al gran peso de la estación aranesa en el cómputo global. El mismo buen resultado también vale para las estaciones de esquí de fondo del Alt Urgell y la Cerdanya, a diferencia de años anteriores. Y simultáneamente ya ha empezado la temporada de deportes de aventura, que en esta Semana Santa ha tenido una gran afluencia de visitantes. No en vano, las empresas del ramo del Pallars Sobirà ya llevan obteniendo grandes resultados en los últimos años, con una amplia oferta de rafting y otras prácticas deportivas gracias a un entorno privilegiado en el que destaca el Pallaresa. Además, tal como publicábamos ayer, el turismo de naturaleza continúa al alza y sigue la estela del esquí y los deportes de aventura. Los parques de Aigüestortes y Alt Pirineu y Aran, Mont-rebei y el Estany d’Ivars y Vila-sana colman con creces las expectativas de los amantes del turismo de naturaleza. Sin olvidar el Románico de Boí y el Montsec, que constituyen por sí mismos un lujo para el territorio y un gran polo de atracción turística.
No obstante, la buena temporada que ha vivido el esquí y la que también se prevé con grandes resultados para los deportes de aventura y el turismo de naturaleza, el sector y las administraciones no pueden caer en la relajación sino que deben mantenerse alerta porque siempre está latente el peligro de la masificación, máxime cuando los indicadores económicos comienzan a repuntar y ello debe llevar aparejado una mejora del nivel de las familias y por tanto, de su capacidad de costearse salidas vacacionales. No prever esta contingencia sería tanto como arriesgarse a matar la gallina de los huevos de oro. Por ello son de elogiar medidas de control como las establecidas en Mont-rebei para los vehículos, que adaptadas a cada caso indican el camino a seguir para mantener por muchos años este motor económico del Pirineo y del conjunto de la provincia.