EDITORIAL
Comisión vetada
Al día siguiente de que la presidenta del Parlament de Catalunya, tras declarar ante el TSJC, afirmara que en la cámara catalana se puede hablar de todo y que no han de ser los poderes del Estado los que decidan sobre qué se puede hablar, ha sido la mayoría de diputados de Junts pel Sí y la CUP los que votaron conjuntamente para que no se hablara ni se aclararan los trabajos de la comisión de investigación creada por las declaraciones del exsenador Santi Vidal sobre el procés.
No eran cuestiones baladíes porque entre otras perlas, el exsenador había asegurado que el gobierno catalán había conseguido ilegalmente datos fiscales de los catalanes y también se querían aclarar las amenazas del diputado Lluís Llach a los funcionarios que no cumplieran las leyes de desconexión. La mayoría parlamentaria de Junts pel Sí y la CUP ha vetado todas las comparecencias solicitadas porque unos no querían hacer el trabajo sucio de la fiscalía y porque otros pensaban que no tenía sentido esta comisión, que ha quedado dinamitada, pese a que Junts pel Sí no se había opuesto a su constitución.
Desde Catalunya Sí que es Pot recordaron que se creó esta comisión a cambio de que también se investigara otra sobre las injerencias del Gobierno central en Catalunya en la que hay citados 54 testigos, incluidos Rajoy y Soraya, y el diputado Coscubiela reprochó a la mayoría que mentían cuando dijeron que en el Parlament se puede hablar de todo. Ayer se vio que no, que la mayoría también aplica sus vetos y que cuando le conviene utiliza el rodillo parlamentario para que no se hable de lo que no conviene a sus planes.
Médicos para los pueblos
El presidente de la Organización Médica Colegial, Serafín Romero, reclamó el lunes en Lleida que los facultativos que ejercen en zonas rurales deberían percibir incentivos, ya que sus puestos son menos atractivos que los de grandes hospitales, que ofrecen más tecnología y proyección profesional. Es la misma reivindicación que se hace desde las comarcas despobladas que reclaman tener la misma atención médica que se presta en las ciudades y por las que pagan los mismos impuestos.