Sin carnet de conducir

Los accidentes de los últimos fines de semana en los que se repetían las circunstancias de conductora ebria y muerte de ciclistas han disparado las alarmas de las autoridades de Tráfico y ayer el ministro anunciaba que los conductores reincidentes en delitos de drogas o alcohol, es decir los que han cometido dos o más infracciones de este tipo en menos de dos años, perderán el carnet de conducir por falta de aptitudes psicofísicas.

Y además no podrán recuperarlo como sucedía hasta ahora tras una prueba que les devolvía los puntos, sino que serán remitidos a las autoridades sanitarias para que evalúen si tienen un problema de abuso o dependencia de estas sustancias y si han perdido realmente las aptitudes para estar al volante. Esta es una de las medidas que el ministerio aplicará de forma prioritaria y urgente porque no implica cambios legales, sino únicamente aplicar el artículo 36 del reglamento general de conductores que, según admitió el ministro, se utilizaba muy poco y solamente para personas de elevada edad o que padecían enfermedades que les incapacitaban para conducir.

Parece una medida adecuada para los reincidentes que son un peligro en la carretera y puede tener efectos disuasorios si la retirada del carnet es inmediata y supeditada a la superación de las adicciones, pero su eficacia también dependerá, en la práctica, del rigor con que las autoridades sanitarias la apliquen, pero deben servir para concienciar a la población que no se puede conducir bajo los efectos del alcohol o de cualquier droga porque los estudios de Interior recogen que un 12 por ciento de los conductores de turismos se han colocado al volante tras haber consumido alcohol u otro tipo de droga.

Más vulnerables

Un simple apagón, del que nadie puede considerarse a salvo teniendo en cuenta nuestra red eléctrica, provocó el lunes por la mañana un fallo informático en los servidores del Institut Català de Salut, que se tradujo en un auténtico caos en los ambulatorios catalanes. Puede pasar en cualquier empresa porque hemos mejorado nuestra conectividad, pero no hay seguridad total y nos hemos vuelto vulnerables.