EDITORIAL
Una gran fiesta cívica
Que en una fiesta por la que pasan unas doscientas mil personas, con comida y bebida en abundancia durante todo el fin de semana, no haya prácticamente ningún incidente es digno de mención y de elogio porque no es nada habitual en las fiestas multitudinarias que se celebran por otras latitudes. Hay que destacar que el Aplec es una gran fiesta popular, pero también una fiesta cívica y de tolerancia, en la que cada cual se divierte a su manera y comparte un fin de semana lúdico con amigos, conocidos y el resto de ciudadanos, sin que haya que recoger más incidentes que alguna intoxicación etílica de los más inconscientes o las tradicionales pérdidas de llaves o de móviles.
Había cierta prevención por parte de algunos por la coincidencia con el Ramadán y con los rezos de la comunidad musulmana en el Pabellón 4, pero la buena organización con accesos separados y el respeto y la tolerancia convirtieron el hecho en una anécdota y alguna imagen curiosa de musulmanes y peñistas caminando juntos por las cercanías del pabellón.
Y hay que destacar también la extraordinaria evolución del Aplec, que ha pasado de la inicial “costellada” entre amigos a ser ahora la gran fiesta popular de Lleida, por la participación multitudinaria, por las cifras espectaculares que maneja y por la proyección externa de la ciudad. Y es de justicia reconocer que buena parte de este éxito es mérito del presidente saliente de la Fecoll, Xavier Pérez, y su equipo, que ahora deja el cargo tras un periodo brillante y de mejoras del Aplec.
Multas prescritas
Después de que el Comú de Lleida denunciara en el último pleno que el gobierno de la Paeria había dejado prescribir multas de sus concejales y el alcalde prometiera investigarlo, la teniente de alcalde Mínguez admitió este lunes que habían encontrado multas de concejales que habían prescrito, como también de otros ciudadanos, negando que hubiera trato de favor. Ahora tienen que aclarar qué proporción de multas se dejan prescribir y cuántas han beneficiado a concejales y a cuántos ediles para dejar claro que nadie recibe trato de favor, si realmente es así.