EDITORIAL
Trump deja a su suerte al planeta
Donald Trump ha sacado a Estados Unidos del pacto mundial contra el cambio climático argumentando que el acuerdo de París perjudica la economía de su país. Expertos alertan de las “severas” consecuencias de esta retirada para todo el planeta. EEUU es, por detrás de China, el segundo país más contaminante del mundo (él solo es responsable de entre un 10% y un 15% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero que se expulsan a la atmósfera). Pero su problemática decisión podría tener además un efecto contagio sobre potencias como Japón o Canadá. De esta equivocada decisión del mandatario norteamericano cabe destacar dos consecuencias. La primera es que el cambio climático es inequívoco y no hacer nada supone un riesgo económico global para hoy y sobre todo para las generaciones futuras. Por tanto, Europa tendrá que liderar esta lucha a la espera de tiempos más sensatos en Estados Unidos. Y la segunda, que Donald Trump ha dimitido como líder mundial de las causas justas y necesarias. Tanto de derechos humanos como de conflictos bélicos o calentamiento global. El viejo continente y las economías emergentes deberán tomar la iniciativa. TemporerosBuena parte de los temporeros que habían iniciado el jueves una huelga en Seròs en demanda de salarios del convenio del campo y mejoras en sus condiciones de vida volvieron ayer al trabajo. Nos alegramos del principio de acuerdo porque el paro no beneficia a nadie, a ellos porque dejaban de cobrar y a los payeses porque en plena campaña de la fruta es obvio que perjudicaba a la recolección. En cuanto al fondo de la cuestión, la gran mayoría de los agricultores y cooperativas cumplen escrupulosamente los precios estipulados y procuran, aunque ahora la ley no les obliga, un techo y unas mínimas condiciones de vida a sus trabajadores. El problema se centra en algunas ETT foráneas y “piratas” y, en casos aislados, personas sin escrúpulos cuyo trato con estos temporeros es de explotación. A Inspección de Trabajo corresponde erradicar estas malas prácticas para el bien de todos.