EDITORIAL
Intolerancia ante la homofobia
Es triste y lamentable que a estas alturas alguien pueda considerar la homosexualidad como una anomalía o algo antinatural, porque refleja su ignorancia y su falta de respeto a la libertad de las personas, pero ya es preocupante que semejantes tesis se expongan desde plataformas públicas como un púlpito o un aula.
Los dos casos que hemos vivido en nuestras comarcas en los últimos días son graves, pero aún lo es más que semejantes mensajes se impartan en un instituto y por quien tiene el encargo de la sociedad de formar a las futuras generaciones, en un centro público que debe respetar todas las opciones y que debe ajustarse a los programas definidos por la conselleria y a las leyes aprobadas por la Generalitat.
¿De qué sirve que el Parlament apruebe una ley contra la homofobia para que los contenidos educativos respeten la diversidad sexual y eviten cualquier tipo de discriminación si luego un profesor de Filosofía dice que “ser homosexual es antinatural” o que “os están imponiendo la creencia de que hay que respetar a los homosexuales”? Lo sucedido en el Gili i Gaya es intolerable y habrá que aclarar si semejantes exabruptos fueron una excepción o se han repetido en otros casos expresando opiniones personales del profesor que van contra la ley, contra el ideario del centro y contra el más elemental espíritu pedagógico que cabe exigirle.
Lo único bueno del caso ha sido la contundente reacción de los alumnos plantando al profesor y expresando su rechazo ante cualquier muestra de homofobia.
Una muerte anunciada
La sexta entidad financiera de España con 150.000 millones de activos a principios de año ha tenido que ser vendida por un euro por una posible falta de liquidez para atender a los clientes tras la primera actuación del Mecanismo Único de Resolución europeo que primero intervino al Banco Popular y luego lo ha vendido al Banco Santander por un euro con el compromiso de ampliar capital en 7.000 millones para cubrir capital y provisiones. Las acciones del Popular habían bajado un 60% en seis meses, la crisis estaba cantada y solo se trataba de ajustar la liquidación.