EDITORIAL
Sociedad digital, educación analógica
Las compraventas y las gestiones bancarias por internet han pasado en los últimos años de ser muy minoritarias a convertirse en prácticas muy habituales por parte de particulares y empresas. Paralelamente, también se ha registrado un gran aumento de las estafas en operaciones de este tipo, como la apropiación y posterior venta online de numeraciones de tarjetas de crédito, tal como dábamos cuenta en nuestra edición de este domingo.
Esta situación es fruto, por una lado, del espectacular incremento del número de transacciones y gestiones a través de la red y, por el otro, de que la mayoría de usuarios no adoptan las medidas de seguridad necesarias en este tipo de operaciones, como por ejemplo comprobar que la página web donde quieren comprar algún artículo es segura y no difundir sus datos personales por internet. La digitalización de la economía y de las actividades más cotidianas es tan acelerada que va muy por delante del nivel de preparación que la mayoría de la población tiene para ello.
Esto también se refleja en el uso que muchos hacen de las redes sociales, donde los insultos más zafios están en el orden del día. Vivimos en una sociedad digital en la que la base de la educación continúa siendo analógica, lo que provoca paradojas como las reseñadas.
El alquiler como alternativa
El estallido de la crisis económica hace una década provocó un parón casi total de la construcción de pisos al quedar cerrado el grifo de los créditos hipotecarios para la adquisición de viviendas. No solo eso, sino que muchas familias han perdido su casa al no poder afrontar el coste de la hipoteca. Esta coyuntura motivó que el mercado del alquiler, tradicionalmente residual, haya crecido exponencialmente en los últimos años, hasta el punto que el número de contratos en las comarcas de Lleida se ha cuadruplicado.
Ahora, cuando la economía empieza a recuperarse, habrá que ver si se mantiene esta tendencia o se vuelve a la vieja práctica de priorizar la compra de vivienda a crédito. Si se quiere evitar caer de nuevo en la especulación inmobiliaria, fomentar el alquiler es una buena alternativa.