La seguridad de los Agentes Rurales

La media veda de caza se inauguró ayer en Lleida y los principales actores para controlarla, los Agentes Rurales, siguen sin recibir los refuerzos prometidos desde la Administración, tanto de personal como de material, a raíz de la tragedia de Aspa de enero, cuando dos efectivos del cuerpo fueron asesinados a tiros.

En modo alguno se criminaliza a los cazadores por este hecho aislado, pero el inicio de la actividad cinegética supone tener que aumentar la labor de los rurales. Y en Lleida, son quince los que este martes se activaron y ni tienen chalecos antibalas para todos, por poner solo un ejemplo de la falta de material, además de que aún no se ha implementado la formación prometida para una mejor autoprotección, salvo algunos cursos en la Escola de Policia de Catalunya.

Su trabajo es primordial, en especial en zonas rurales como son las comarcas de Lleida, por lo que es necesario agilizar al máximo las medidas necesarias para certificar su seguridad. Además de contratar algunos interinos, el departamento de Agricultura anunció la convocatoria de 50 plazas de subinspectores, aunque no será antes de octubre, y la dotación de más material que aún no ha llegado.

Sería necesario que, al menos en este caso, la burocracia frene lo mínimo los plazos y se implanten cuantas medidas sean necesarias para la protección de los agentes rurales.

Estética y ética en política

El ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, tiene derecho a disfrutar de sus vacaciones, como todo el mundo, pero pagándoselas él, también como todo el mundo. Y es que el titular de esta cartera, junto a su familia, ha ido a Ecuador, se ha instalado en la embajada y ha utilizado coches oficiales para sus desplazamientos antes de viajar hasta las islas Galápagos.

Las explicaciones del ministerio, desde el que se admiten todas las afirmaciones antes citadas añadiendo que ha mantenido contactos oficiales, no acaban de ser convincentes y es de recibo que Dastis, aún de vacaciones, arroje luz al asunto. Porque en política es igual o más importante la estética que la ética.