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Mientras avanzan las investigaciones policiales en torno a los atentados del jueves en Barcelona y Cambrils y que apuntan a que lo que pretendían los terroristas era mucho más letal y sanguinario que lo ocurrido, las muestras de dolor y solidaridad se suceden, especialmente en Les Rambles, arteria principal de la Ciudad Condal que se ha convertido en una especie de santuario para rendir homenaje a las víctimas.

Sin menospreciar ninguno de los homenajes que de forma oficial o espontánea se multiplican estos días, tienen especial relevancia las concentraciones organizadas por colectivos musulmanes, tanto las celebradas ayer en Barcelona y el sábado en Ripoll, donde estaba radicada la célula terrorista, como las previstas para hoy en la capital catalana y también en Lleida.

Y tienen relevancia porque es vital para ellos evidenciar una vez más que no se debe confundir la religión que profesan con el fanatismo e intolerancia de unos cuantos que, sin ningún tipo de escrúpulos ni humanidad alguna, tienen como único objetivo sembrar el terror y causar el máximo daño posible amparándose en falsos dogmas y doctrinas adulteradas.

Porque los musulmanes de bien, que son la inmensa mayoría, gritan igualmente el ya conocido “No tenim por!”, pese a que son sus correligionarios de sus países de origen, en cuantía, las principales víctimas de la sinrazón del terrorismo yihadista.

Es importante hoy sumarse a las manifestaciones convocadas por ellos para dejar de nuevo en evidencia que la gran mayoría de ciudadanos, sean de la religión que sean y de cualquier procedencia, solo queremos la paz y una convivencia tranquila y que vamos en el mismo barco y luchamos por los mismos objetivos.

Y también es importante que ellos también se sumen a la convocatoria unitaria lanzada por el ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat para manifestarse el próximo sábado y demostrar alto y claro y todos a una que las barbaries no podrán con nosotros.

Catalunya ha sido y es tierra de acogida e integración (solo hay que recordar que en la actualidad en Catalunya viven 600.000 musulmanes) y es en situaciones críticas y trágicas como las que estamos viviendo estos días cuando más de manifiesto debe quedar.

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