EDITORIAL
Javier y Sílvia, un ejemplo en el dolor
Tras los atentados de Barcelona y Cambrils que segaron brutalmente la vida de 15 personas el pasado jueves 17 de agosto, fecha que quedará grabada para siempre en nuestra historia colectiva (como el 11 de septiembre de 2001 en Nueva York o el 11 de marzo del 2004 en Madrid, entre desgraciadamente muchas otras en Londres, París, Manchester o Niza), muchas son las llamadas hechas por políticos, representantes religiosos, ONG, fundaciones y humanistas en general a no dejarnos arrastrar por la ira o por el miedo y, sobre todo, a no confundir un puro y duro acto de terrorismo salvaje con miles de personas musulmanas que viven y trabajan en Catalunya con la única finalidad de vivir en paz, al igual que sus conciudadanos, profesen la religión que profesen y tengan la ideología que tengan. Al margen de polémicas políticas sobre descoordinaciones policiales o cooperación entre cuerpos de seguridad, que tiempo habrá para analizar, todos los discursos y reflexiones han sido irreprochables, pero nadie ni nada ha hecho tanto en favor de la fraternidad y el rechazo a la islamofobia o al odio como el gesto de los padres del niño de 3 años, Xavi Martínez, una de las víctimas del horror de Les Rambles. Sus padres, Javier y Sílvia, abrazados al imán de Rubí, donde vive esta familia que veranea y tiene casa en el municipio pallarés de Llimiana desde hace años, es la demostración más palpable de que una imagen, un gesto, valen más que mil palabras. Una familia que ha quedado rota por el dolor y que siente, al igual que miles de personas, musulmanas, cristianas o budistas, que no hay que tener miedo a la diversidad o pluralidad, sino a los asesinos que siembran el terror sin razón alguna, y lo que es peor, sin que sus salvajes mensajes puedan ayudar en nada a conseguir un mundo mejor. Esperemos que este sea el espíritu de la gran manifestación que hoy vivirá Barcelona, una ciudad y un país entero, como demostró anoche también Cambrils, que ha reaccionado con solidaridad y valentía ante el terrorismo que después de golpear antes a muchas ciudades y países llegó a nuestra casa hace una semana. Lo de menos es quién encabece el acto o quiénes vayan a protagonizar las fotos, los protagonistas son los ciudadanos, desde los que corrieron a la calle a ayudar en lo que pudieron, hasta los servicios médicos, policías, psicólogos... todos somos Cambrils y Barcelona y no tenemos ningún miedo.