Exhibición nuclear con muchos riesgos

Corea del Norte lanzó la pasada madrugada un misil balístico que sobrevoló territorio japonés hasta caer en el océano Pacífico, lo que obligó a las autoridades niponas a lanzar la voz de alarma a sus ciudadanos. Este disparo, calificado como muy grave por Tokio y Washington, se está convirtiendo en habitual en las últimas fechas y es que el régimen de Kim Jong-un ya suma 13 lanzamientos de misiles en lo que llevamos de año. Estados Unidos ha respondido “con fuego y furia” en una escalada de tensión entre ambas potencias nucleares. La ONU debe intervenir inmediatamente antes de que esta guerra dialéctica pueda acabar con un catastrófico conflicto nuclear real, dado que ambos tendrían mucho que perder y habría millones de vidas en juego. Occidente ni puede ni debe ponerse al mismo nivel que el líder norcoreano y alguien debe hacer ver a Donald Trump que su política internacional no solo no cierra las fricciones ya abiertas sino que abre o tensa disputas que hasta ahora estaban controladas. EEUU ha colaborado en buscar la paz o ganar muchas guerras a lo largo de la historia, la Segunda Guerra Mundial y el fin del nazismo entre ellas, pero también ha provocado choques estériles con muchas vidas de por medio. La comunidad internacional, con la ONU al frente, debe parar inmediatamente esta exhibición de músculo tan peligrosa. Sin cárcel para Juana RivasFiscalía ha retirado el recurso de apelación que formalizó ante la Audiencia de Granada contra el decreto de libertad provisional para Juana Rivas, la mujer que el lunes entregó ante la Guardia Civil a sus hijos, que ya están con su padre en Italia, después de que los hubiera retenido ilegalmente. La anulación de la demanda de prisión es una buena noticia para un conflicto en el que dos niños de 3 y 11 años son las víctimas del mal entendimiento de sus padres. El mismo camino de cese de hostilidades deberían tomar todos aquellos que han puesto en el foco del delito a los profesionales que ayudan a mujeres maltratadas y a sus hijos a hacer frente a la burocracia judicial, que en demasiadas ocasiones causa perjuicios irreparables.