EDITORIAL
Mañana, DUI y 155
Se imponen los sectores más duros, los precarios puentes de diálogo han volado y solo queda que el Parlament de Catalunya apruebe la Declaración Unilateral de Independencia y el Senado, la puesta en marcha del artículo 155 para que el archianunciado choque de trenes sea una realidad. En Madrid, el mismo Rajoy se alineó con los sectores más duros asegurando en el Congreso que el artículo 155 era la única respuesta posible a Puigdemont y ha replicado al PSOE que no basta con la convocatoria de elecciones, sino que es imprescindible una rectificación, algo que los socialistas no consideran necesario y que desde luego no estaba entre las previsiones del gobierno catalán. Desde Catalunya, se ha interpretado la respuesta de Rajoy como la confirmación de que ya estaba decidida la aplicación del 155 al margen de lo que pudiera argumentar Puigdemont en el Senado, con lo cual ya no tenía ningún sentido la comparecencia del President en un foro que le iba a recibir con la misma hostilidad con que el Congreso acogió al lendakari Ibarretxe cuando presentó su plan. Y en una dinámica de acción-reacción, como las elecciones no frenan al 155, también en Catalunya se han impuesto las tesis de los sectores más radicales que planteaban la declaración de independencia, acompañada por movilizaciones ciudadanas que ya empezaron a convocarse ayer para el viernes al mediodía y una campaña de desobediencia a las instituciones estatales y a quienes lleguen para desplegar el artículo 155. Así, el viernes nos encontraremos con que el Senado aprobará la intervención de la economía catalana y que el Parlament proclamará la independencia y a partir de este momento nadie, ni en Madrid, ni en Catalunya, sabe lo que pasará, con un abanico de interrogantes todo lo amplio que se pueda imaginar. ¿Quién suspenderá las funciones del President y los consellers? ¿Serán acusados de rebelión como avanzó el fiscal general del Estado? ¿Serán detenidos y por quién? ¿Se usará la fuerza para reprimir las manifestaciones ciudadanas? ¿Cuál será la actitud de los Mossos ante la intervención estatal? ¿Colocarán un censor detrás de cada periodista de los medios públicos para aplicar el 155? ¿Expedientarán o despedirán a los funcionarios públicos que no quieran obedecer a Madrid? ¿Detendrán a los más de dos millones de catalanes que se han proclamado independentistas? ¿Tendrá que haber muertos para que alguien medie?