EDITORIAL
Panorama complicado
Ya se sabe que las encuestas las carga el diablo, que los ciudadanos no siempre son sinceros a la hora de contestar a un sondeo y que hay precedentes de errores significativos, pero son más abundantes los casos de aciertos a la hora del pronóstico. La demoscopia en los últimos comicios va corrigiendo errores y aunque nunca pueden adelantar los resultados, sí que recogen las grandes tendencias del electorado. Y en este sentido, la primera entrega de la encargada por SEGRE a Infortécnica sobre las elecciones del 21-D, que se completará el viernes con la segunda, coincide con las publicadas por otros medios y también con los datos recogidos por el Centro de Investigaciones Sociológicas. Con matices, todos hemos coincidido hasta ahora en que habrá una gran participación, superior incluso a la de los últimos comicios, que se movilizarán sectores que habitualmente no participaban en las elecciones catalanas, que se han igualado las fuerzas entre Esquerra, que partía como gran favorita, y la candidatura de Puigdemont, Junts per Catalunya, que va remontando posiciones a medida que avanza la campaña, y que en el bando de los autodenominados constitucionalistas son Ciudadanos los que están mejor posicionados, arrebatando votos al Partido Popular hasta convertirse en algunas encuestas en la fuerza más votada en Catalunya. Hay que insistir en que estamos hablando de tendencias que pueden ir cambiando, pero el panorama que se dibuja de momento es más que complicado: no se perfilan mayorías claras ni en el bloque independentista ni tampoco en el bloque constitucionalista, que mejora gracias a la mayor participación pero no llega a la mayoría absoluta ni sumando Cs, PP y PSC. De concretarse estas tendencias, quedaría todo en manos de Catalunya en Comú, que pese a retroceder en las expectativas de voto, ganaría peso al convertirse en elemento decisivo a la hora de elegir nuevo presidente ante la igualdad de fuerzas de los dos bloques. Y aún se antoja más complicada la elección de futuro presidente con uno de los favoritos, Oriol Junqueras, en la cárcel de Estremera; otro, Carles Puigdemont, en el exilio de Bruselas y con orden de detención en cuanto pise territorio español, y una tercera aspirante, Inés Arrimadas, que difícilmente conseguirá los votos de Catalunya en Comú que necesitaría para su hipotética investidura. Todo muy complicado.