SEGRE

Creado:

Actualizado:

Al día siguiente de que se firmara un pacto de Estado contra el machismo y el maltrato, una nueva víctima, esta vez en Azuqueca de Henares (Guadalajara), venía a engrosar esta negra lista después de que su pareja, un hombre de 40 años, la apuñalara delante de tres hijos de la víctima. Son ya 48 las muertas durante este año, cuatro más que las registradas el año pasado, lo que demuestra que no mejoramos pese a todas las medidas políticas que se anuncian, y en los últimos veinte años el número de mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas asciende a la dramática cifra de mil. Un dato terrorífico y un goteo constante extendido por todas las latitudes y todos los sectores sociales que muestra hasta qué punto tenemos el problema enquistado en nuestra sociedad y somos incapaces de resolverlo. Ahora se anuncia un plan suscrito por el Gobierno, las autonomías y los municipios que contempla 200 medidas contra el maltrato que se financiarán con mil millones en cinco años, de los que el Gobierno se compromete a destinar 200 en el inmediato 2018 aunque no estén aprobados los presupuestos. Bienvenido sea el plan y todas las medidas que se adopten si el dinero se destina realmente a la atención de las mujeres maltratadas, pero de entrada habría que reclamar que se cumplieran con rigor las leyes ya aprobadas, como el plan integral contra la violencia de género que data de 2004 y ya contemplaba la prevención del problema, la formación de personal especializado y la atención de la víctima. Desgraciadamente, de la teoría a la práctica el trecho sigue siendo muy largo y por ejemplo la penúltima víctima, la joven de Sant Adrià de Besòs, había denunciado por malos tratos a quien luego la asesinó el día de Navidad y la anterior, la joven de Benicàssim asesinada el 23 de diciembre, había denunciado a su agresor una semana anterior y pese a que ya había sido condenado por maltrato en 2013, la policía consideró que el riesgo era solo “medio”. Cada caso es un drama que deja víctimas inocentes como los hijos pero falta que la sociedad se movilice para acabar con el sustrato machista que aún pervive y que aflora en casos como el del pueblo granadino que subasta bailes con mujeres o con la tolerancia que aún se mantiene en algunos casos hacia el maltratador, mientras que seguimos sin ofrecer a la mujer la protección necesaria, tanto física como económica y jurídica, para que pueda denunciar a su agresor.

tracking